lunes, 26 de abril de 2010

Un estudio longitudinal sobre la educación puneña


Un estudio longitudinal sobre la educación puneña
LA COLUMNA VERTEBRAL


Escribe: Walter Paz Quispe Santos

Desde hace un buen tiempo necesitábamos tener certezas y certidumbres sobre nuestra educación regional. Pero, como anillo colocado al dedo nos llegó un estudio longitudinal en Puno “Del quinto año de primaria al fin de la secundaria en seis años” (2010). Se trata en realidad de un estudio de Santiago Cueto, Gabriela Guerrero, Juan León, Álvaro Zevallos y Claudia Sugimaru propiciados por el Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE) y el Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES), dos instituciones serias en cuanto a la evaluación de proyectos y programas sociales en educación.

¿Qué nos dicen los autores de esta investigación sobre nuestra educación regional? En primer lugar, que el rendimiento en una prueba estandarizada de matemática en quinto de primaria tiene un peso estadísticamente significativo para explicar el rendimiento en comprensión de lectura y matemática seis años después, así como la probabilidad de avanzar de grado sin repetir. Además evidencias de que la deserción escolar se encuentra asociado a la necesidad de trabajar. En suma, el estudio nos sugiere la necesidad de encontrar mecanismos para apoyar el desempeño educativo de estudiantes de contextos de mayor pobreza y/o menor rendimiento, que si bien no son discriminados por el sistema, tampoco son atendidos en sus necesidades específicas.

Esto nos da razón en alguna de las hipótesis que planteamos hace algún tiempo sobre el anacronismo del Diseño Curricular Nacional que propone un modelo de educación vista desde la perspectiva del experto que según la lógica curricular del Ministerio de Educación sólo ellos saben qué deben aprender los estudiantes de todo el país, sin tomar en cuenta que los últimos movimientos de dinamización curricular señalan que la mejor forma de concebir y proponer un curriculo emergente y consensuado y por lo tanto legítimamente construido era la que partía desde la mirada del inexperto; es decir, desde las necesidades, demandas e intereses de los estudiantes.

Mucho del fracaso escolar, está asociado a que las necesidades específicas de los estudiantes no son atendidas por el sistema educativo peruano que sigue promoviendo una educación a espaldas de las exigencias de un curriculo funcional, o un curriculo orientado a promover un proyecto de vida. La terquedad y la forma contestataria con que responden los especialistas del Ministerio de Educación a propuestas emergentes y de mayor pertinencia cultural y relevancia social como el Proyecto Curricular Regional, no sólo refleja la falta de sensibilidad para tratar la complejidad multicultural del país y la incapacidad para promover una real descentralización educativa.

Lo otro preocupante: el mismo estudio muestra datos de cómo nuestra educación le dedica pocas horas al trabajo pedagógico y la práctica de una pedagogía poco pertinente con las demandas de aprendizajes de calidad. Esto nos sugiere que debemos poner mayor esfuerzo a dedicarle mayor cantidad de horas al trabajo pedagógico, y supone que debemos pensar dos veces al momento de suspender labores para actividades como las conocidas olimpiadas magisteriales, paros o actividades festivas; y revisar nuestras formas de trabajo pedagógico donde muchos educadores siguen priorizando el dictado de clases que en las reflexiones de nuestro tiempo aportan poco en la tarea de enseñar a pensar a nuestros estudiantes.

La educación puneña se encuentra en el puesto 16 entre las 24 regiones en las evaluaciones de rendimiento en primaria y en el puesto 22 en las evaluaciones de secundaria, lo que sugiere patrones que podrían estar vinculados a una menor calidad de los colegios secundarios y/o tasas diferenciales de deserción de los estudiantes de nuestra región en comparación con otros

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