domingo, 19 de diciembre de 2010

Stephanie


Escribe: Javier Núñez

Después del éxito de “Salomé y otros cuentos”, Javier Núñez vuelve con un nuevo libro,“Asesinas” (Grupo Editorial “Hijos de la Lluvia”), que estará a la venta a partir del 15 de diciembre (2010). En este libro se exploran las partes más oscuras del ser humano. ¿Qué fuerzas demoníacas mueven los crímenes pasionales? ¿Qué fantasmas pueblan la mente de los suicidas? ¿Cuál es el sentido del amor y el sexo en tiempos actuales? A continuación presentamos un adelanto de “Asesinas”:

Empecé con mi oficio de asesina a los 18 años, cuando Fernando Bueno me sacó la vuelta. Aún no olvido aquella noche del crimen, aunque ya pasaron cuatro años. Lo amaba con pasión desenfrenada; fue el amor de mi vida. Pero este maldito me falló, me pagó mal… Tuve que matarlo, no me quedaba otra opción… La noche que debuté de asesina, naturalmente, era novata en estas cuestiones… Por poco se me fue de las manos; a duras penas logré acabar con él.
Cuando regresaba del baño alguien me rozó con el codo. Volví la cabeza para saber quién era. Era un joven más o menos apuesto. Llevaba en la mano una jarra de licor preparado. Hola querido, le dije. Hola, me contestó, soy Johann. Yo soy Stephanie, me presenté. Mis amigos me abandonaron, dijo, me quedé solo. Yo también estoy sola, le contesté. Entonces ¿podemos terminar esta jarra?, preguntó. Sí, le dije, y luego ya vemos qué hacemos. Empezamos a beber y bailar junto a otras parejas. Intuí que era uno de esos chicos que frecuentan a las discotecas en busca de chicas mareadas, para llevárselas al hotel. Los conozco bien… En mi caso ocurre todo lo contrario. Yo soy quien se los lleva al hotel…
Todo andaba bien con Fernando… En realidad, no pensaba matarlo, si lo amaba con todas mis fuerzas… Aquella noche, mientras hacíamos el amor en un viejo hotel, advertí que me trataba como a una cualquiera: sin cariño ni amor… Como si eso fuera poco, pronunció el nombre de otra chica y terminó sin satisfacerme. Me dejó con las ganas ardientes… No supe cómo completar mi orgasmo. Luego se tendió a mi lado y se durmió olvidándose de mí. Yo ansiaba sus caricias, sus besos, sus palabras suaves… Entonces confirmé mis sospechas. Mis amigas decían que me engañaba con su compañera del salón… Insólitamente se me ocurrió la loca idea de vengarme… Lo mataré, me dije… No sé qué me pasaba, lo cierto es que me excitaba como si una fuerza satánica me removiera las entrañas. No encontré ningún objeto para usar de consolador, quizá así me hubiera calmado un poco… Empecé a frotarme el clítoris con los dedos… No pude controlarme, mi cuerpo se incendiaba…, enloquecía cada vez más… Entonces lo dejé sin aire con la correa de su pantalón…
Johann me deseaba. Me di cuenta en sus miradas. No sabes en quién te has fijado, le dije sin que me escuchara, caíste en la trampa. Eres mi próxima víctima. Y seguíamos bailando. Poco a poco se me pegaba al cuerpo. Quería tocarme los pechos. Entonces pusieron música reggaetón. Le di la espalda y él me agarró de la cintura… Empecé a mover las caderas. Johann se me pegó más, de manera que le desperté su instinto animal…
Con el paso de los años conocí a muchos chicos. Casi a todos los llegué a matar. Sólo se salvó uno… Si un hombre es torpe en la cama, si no llega a complacerme, lo mato sin dudarlo, porque no sirve para nada… Soy una mujer insaciable, para la mala suerte de los chicos. No sé qué pensarán otras chicas, yo más bien soy muy exigente en el sexo… La idea me viene desde aquella vez que escuché a un chico decir que las mujeres sólo sirven para la cama. Me molestó que se expresara así… Vamos a ver, me dije… Logré que me lo presentaran. Luego empecé a seducirlo con mis encantos. Fingí que estaba enamorada de él. El imbécil de Valentín –así se llamaba– se lo creyó. Como soy una mujer perfecta, con las medidas exactas, el chico no se resistió a mis insinuaciones. Como era de esperar, terminamos en un hotel. No logró apagar las llamas que me quemaban las entrañas…, así que lo maté sin pensarlo dos veces… Mientras se movía débilmente sobre mi cuerpo apelé a mi daga –bendecida por el cura– y se la clavé en el pecho. Luego me vestí rápidamente y abandoné el hotel…
A bocajarro le pregunté a Johann, ¿llevas preservativos? Sí, me susurró al oído. Entonces vamos al hotel, le dije. Se colocó la chaqueta que estaba en la silla y salimos de aquella discoteca. Tomamos un taxi estacionado a media cuadra del local. En el carro, Johann me besaba y me acariciaba los muslos. El chofer nos miraba de cuando en cuando a través del retrovisor.
Frecuento a las discotecas en busca de víctimas… Allí encuentro hombres de todo tipo. Los seduzco con mis atributos físicos y luego los despacho al infierno. No hay hombre que se resista a mis encantos de diosa. Tengo la estatura apropiada, los pechos perfectos, las caderas bien contorneadas… O sea, soy una chica como les gusta a los hombres: poderosa y rica… Agradezco a Dios por haberme hecho una mujer perfecta… Tengo el cuerpo escultural…, envidiable… En realidad soy una asesina, tanto en el sentido literal como figurado. Una vez –antes de matar a Fernando– despaché a un chico al hospital con la columna vertebral rota después de hacer el amor en una silla… Con una movida destrozo a los muchachos débiles… Camino por las calles con una falta bien corta; otras veces, con un pantalón delgado y bien apretado, que si se me mira con detenimiento, se me nota todo… Como se advertirá, tengo poder sobre los chicos. Cumplen mis órdenes sin quejas ni murmuraciones; no les queda otra que obedecerme si quieren sentir mi cuerpo…
Johann y yo llegamos al hotel Asia en el barrio San Lorenzo. El cuarto 333, por favor, le dije al recepcionista. Luego subimos a la tercera planta como marido y mujer. Al encender la luz advertí la cama que había de testificar mi travesura diabólica. No dejé que Johann me desnudara; lo hice yo mientras él entraba al baño. Cuando regresó me vio tendida en la cama, completamente desnuda. Demuéstrame todo lo que sabes, le dije. Él se quitó la ropa raudamente y se me acercó seguro de sí mismo. Iba a embestirme sin más ni más cuando le dije, ponte el preservativo. Hizo caso omiso y volvió a intentar con el ataque. Si no tienes preservativos, la función se cancela, le dije con voz de mando.
Sólo un hombre se salvó de mis garras. Pareciera mentira pero el tipo sobrevivió. Se llamaba Orestes de la Fuente. Era musculoso, atlético, y guapo obviamente. Era un artista en la cama… Me hizo el amor en todas las posturas, me provocó orgasmos múltiples… El Kamasutra era poca cosa para su experiencia… ¡Qué hombre, Dios mío! ¡Qué manera de hacer el amor! Aún recuerdo sus movidas, a ratos suaves, a ratos bruscos… Recuerdo que el placer me removió todo el cuerpo; perdí contacto con este mundo, me sentí como en la otra dimensión… Disfruté como nunca…, y quedé completamente satisfecha…
Johann trató de forzarme. Aquí mando yo, le dije, ¿traes tu preservativo o abandonas el hotel? Voy a comprarlo, dijo, regreso en seguida… Se vistió como sea y salió de la habitación… Dejó olvidados su calzoncillo y sus calcetines… Estaba convencida de que regresaría rápido, porque abundan farmacias en las inmediaciones del hotel Asia. Mientras tanto, limpié y besé mi daga que suelo llevar en la cartera. Con una sola estocada mato a los hombres. Conozco bien el punto exacto por donde herirles el corazón… No sé cómo pero me había quedado dormida. Desperté de un salto. Johann no había regresado. Eran las seis de la mañana. Me peiné con cuidado después de vestirme, luego salí del cuarto con la cartera al hombro. Aquella noche no hubo negocio, Johann se escapó de mis garras… No debí exigirle que usara el preservativo… Será en la próxima, me dije. Le entregué la llave de la habitación al recepcionista y salí del hotel. En la puerta encontré a Johann dormido como un muerto, con un paquete de preservativos en la mano.

La fama de los escritores y novelistas cartógrafos


Escribe: MOSHÓ

Hubo una vez un filosofo alemán que predijo la “decadencia de occidente”, se llamaba Oswal Spengler, pero este occidente, (la vieja Europa) sobrevivió no solo a Spengler sino, también una segunda guerra mundial aunque pagando, el terrible precio de innúmeras victimas y una dolorosa división. El agudo escritor alemán Kurt Tucholsky escribía en los legendarios años veinte “los alemanes no han inventado la pólvora pero si en cambio la filosofía de la pólvora”. Esta era una interpretación personal y satírica de la difundida convicción de que los hombres geniales, los inventores, no han desaparecido de la tierra.

Viven y pueden o son mejores que los primeros, y que las fuerzas culturales, las fuerzas creadoras no pueden ser ordenadas o compradas a voluntad o son propiedad absoluta en el lugar donde se dimanan. Es el caso del novelista peruano – español Mario Vargas Llosa que en estos últimos días dijo con el corazón en la mano “YO SOY EL PERÚ”, después de recibir una llamada telefónica del secretario general de la Academia Sueca anunciándole que había ganado el premio Nobel de Literatura 2010.

Nadie piensa ni discute el premio que recibió, pues, sabemos que sus obras son de lo mejor que se ha escrito en el mundo en los últimos cuarenta años. Sus novelas son producto de un creador genial, de un escritor enfermizamente metódico y de un habitante de los predios de la controversia y la polémica pero ¿el ha creado esa literatura? Digo que no, que fue el Perú, Latinoamérica que lo ha formado así.

Mario Vargas Llosa dijo hace tiempo a los mass media: “hay escritores que tienen la suerte de ser inspirados, pero escribir me cuesta trabajo, perseverancia”; nos ha demostrado que lo suyo no viene de la etérica inspiración sino de la investigación de hechos históricos y de ahí, su abstracción, su composición, y naturalmente el talento que hace crear obras geniales como las que fueron de Goya, de los muralistas mexicanos, de Picasso en la Guernica. Mario nos ha dibujado el Perú desde el poder, el Perú de subastadores baladronados y perversos y a falta de oportunidades de trabajo un Perú de prostitutas tiernas; el novelista nos hace ver a universitarios idealistas, pintores puteros, guerrilleros alucinados. Después del Perú, nos hace ver una América de la exuberancia, de la locura y la genialidad. Sus novelas nos obligan a hacer de este mundo un mejor lugar, más humano y tal ves más justo. Y dentro de esta dimensión, Mario Vargas Llosa al recibir en 1967 en Venezuela el premio “ROMULO GALLEGOS”, ante el mundo y de entre miles de poetas sacó del anonimato a otro genial hombre como él, a un poeta ¿Quién fue aquel aedo que le habría deslumbrado? Carlos Oquendo de Amat ¡Un puneño! El que es estudiado hoy obligadamente dentro de la literatura universal.

Mario, el Perú te quiere. Puno mejor, después de recibir el premio, vuelve a mi tierra que te recibiremos entre truenos y relámpagos, es decir, con la fiesta de los dioses estelares.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Ciro Alegría y la nueva narrativa peruana


Escribe: José Luis Ayala

Con ocasión del Centenario del Nacimiento de Ciro Alegría (1), en la histórica ciudad de Cajamarca, se llevó a cabo el IV Encuentro de Narradores Peruanos, con la asistencia de Dora Varona y Ciro Alegría Varona. Del 4 al 7 de noviembre, los escritores, asistentes leyeron trabajos de investigación literaria en torno a Ciro Alegría, así como testimonios personales y textos de sus libros más importantes (2). El celebrado poeta Santiago Aguilar, en su calidad de presidente de la Comisión Organizadora del evento, junto con William Guillén, realizó un encomiable y ejemplar trabajo de ingeniería cultural. Sin embargo, lo más importante del evento viene a ser ahora la edición de una extensa como valiosa antología de textos de escritores asistentes. Se trata de la importante colección denominada: Antología Personal. Escritores participantes en el IV Encuentro de Narradores Peruanos. Ciro Alegría, compuesto de 3 voluminosos tomos (3).

Se trata sin duda de un hecho que marcará un hito en la Historia de Narrativa Peruana por diversas razones. Por la amplitud que abarca la antología, teniendo en cuenta el espectro de la narrativa peruana de los últimos treinta años. De modo que por primera vez están presentes los más jóvenes narradores como los más conocidos. Así, es posible tener una visión de lo que se ha logrado hasta ahora como también, conocer textos que quizá nunca se habrían leído en una versión de antología.
Pero será la crítica literaria que se ocupe de analizar por separado cada texto. Se entiende que cada autor escogió lo más representativo de su producción, razón por la cual, el antologador ha cumplido con la labor que les corresponde. Así, se puede decir que en general los jóvenes narradores han tomado en cuenta los logros técnicos más usados por los narradores mayores. Entonces, tampoco es un descubriendo decir que están imbuidos de los recursos técnicos con que se cuenta hoy para narrar, escribir de acuerdo a los cánones oficiales establecidos (4).

Otro acierto es también el hecho de que se haya considerado tanto el género del cuento como la novela. Los cuentos provienen de distintas regiones culturales del Perú y en consecuencia, recogen temas locales de las diferentes vertientes lingüísticas. Así, es posible aseverar que es el Perú esencial sigue siendo una manantial de sorpresas, siempre variado, vertiginoso, ancho, distante, ajeno y entrañable. Cada cuento rebela un universo distinto pero único y plural. En ellos es posible reconocer los distintos rostros del pasado, del presente y del futuro. Están alimentados por la cosmovisión viva que hoy se reproduce subterráneamente de diversas formas.

La novela en cambio, debido a la posibilidad de abarcar un más amplio espectro, traduce la problemática social del campo y la ciudad. Un aspecto a tomarse en cuenta, es que no hay muchos textos que se refieran a la violencia social, desgraciadamente desatada por huestes fanatizadas que usaron el crimen como método político. Se nota que los más jóvenes narradores peruanos tienen el afán de “universalizar” sus temas, sin duda con el propósito de ser captados por las editoras transnacionales. Otro rasgo es también el esfuerzo por evitar tocar temas muy conocidos que han sido desarrollados por consagrados narradores peruanos y latinoamericanos.

No hay vargasllosianos, herederos indirectos ni parecidos. Se nota que Mario Vargas Llosa no ha ejercido una marcada influencia, digamos un magisterio de orden narrativo (5). En Cartas a un novelista (6) el Premio Nobel de Literatura 2010, aconseja que todo escritor que desee aprender a escribir bien una novela, debe leer necesariamente a Faulkner, Hemingway, Malraux, Camus y Sartre (7). Ninguno de los escritores jóvenes parece tener interés por ellos, debido a factores que habría que investigar. ¿A cuántos escritores Vargas Llosa haya formado con ese libro? Tal parece que donde más debía influir es en el Perú, pero no es precisamente así, no es un ejemplo de escritor-maestro, como sí lo son por ejemplo César Vallejo, Ciro Alegría y José María Arguedas. Además, de ser admirados, son evocados y muy queridos, a pesar del libro La utopía arcaica. (8)

Al terminar de leer los textos de los narradores antologados, tres rasgos son evidentes. Primero: La necesidad de narrar hechos relacionados con la condición humana, es también notable cómo han influido las ciencias sociales, especialmente la etnología, la sociología y la antropología. Segundo: Aparece un marcado interés por configurar un mapa cultural escribiendo sobre determinada realidad. Es decir, registrar la vida y lo difícil que resulta sobrevivir para una gran mayoría empobrecida del Perú. Tercero: La irrupción de la magia y cosmovisión en los textos de los escritores más jóvenes. Ya casi nadie tiene en cuenta los logros de lo real maravilloso, todo indica que con Gabriel García Márquez, ha terminado para siempre un importante ciclo (9).

Es en el cuento donde tiene mayor capacidad de expresión la cosmovisión de un mundo plural que es revelado, aunque no con una evidente fuerza expresiva. Extraña que no haya textos de nuevos narradores de la Amazonía Peruana. La pregunta es, ¿qué pasa? Esa es una respuesta que el tiempo se encargará de elaborar. No obstante, es innegable la presencia de César Calvo, Róger Rumrrill y Jorge Nájar. Ellos han hecho importantes aportes para que se conozca mejor una realidad trágica, colonizada y saqueada por las transnacionales.

Un libro que parece haber ser leído y asimilado es el que firman Miguel Arribasplata y Esteban Velarde. Se trata de Sapos y Halcones. Conceptos y estrategias del texto literario (10). En realidad, viene a ser un manual didáctico que todo joven escritor debe leer porque es básico para una orientación y formación literaria. El texto comprende: La obra literaria. La novela y el cuento. La estructura novelística, además está acompañado de una amplia bibliografía útil. En lo que se refiere a las técnicas narrativas el libro es superior al de Mario Vargas, está escrito por docentes que no tienen el afán de convertirse en “pensamiento guía” del sistema ni defensores a ultranza del neoliberalismo, sino en verdaderos educadores a través de un texto limpio y didáctico (11).

De modo que es posible tener una formidable información respeto a la Narración en primera persona, (El soliloquio), segunda y tercera persona. El diálogo narrativo. El monólogo interior. Las técnicas narrativas de perspectiva múltiple (El contrapunto). La técnica narrativa de las cajas chinas o cajón de sastre (Apólogo). La técnica narrativa de los vasos comunicantes. El encabalgamiento. El racconto (El recuerdo). El Flashaback. El empleo de la anticipación o posibilidades. La técnica narrativa de participación del escritor en su propia obra (12).

En resumen, una cuestión es saber y otra es saber enseñar. De allí que no todos los escritores puedan desarrollar un pensamiento pedagógico a través de los temas que se trata. Un ejemplo clásico es José Antonio Encinas. El maestro puneño primero analizó la realidad y recién después diseño el método pedagógico. Luego teorizó para enseñar a los maestros. Nadie podrá discutir los dones narrativos de Mario Vargas Llosa, aunque en materia de enseñanza referida a la narrativa no es un acierto, los jóvenes han asimilado su disciplina que le acrecentó su talento (13).

Un libro que parece estar presente en las técnicas narrativas es más bien El arte de viejo de Hacer Novelas. Ensayo y pensamiento de Hernando Valencia Goelkel (14). Es un texto en el que el autor analiza a autores como Cesare Pavese, Isaac Babel, Evelyn Waugh, Luis Aragon, Graham Greene, Norman Mailes, León Tolstoi, Cyril Connolly, Goerge Stainer y Barba-Jacob. ¿Por qué? Es que se nota que estos escritores están más cerca como por ejemplo José Saramago y Milan Kundera (15). En fin, en este campo se puede escribir mucho porque es el mar de la subjetividad, donde el crítico literario se mueve y navega con sus propias naves con un fuerte viento a veces en contra.

Sería un error imperdonable omitir de mencionar un hecho que marcó para siempre a Ciro Alegría. En 1931 se afilió al Partido Aprista y formó parte del Comité Ejecutivo del Primer Sector del Norte de Trujillo. Durante un año se dedicó a labores políticas como parte a la oposición al increíble gobierno de Luis M. Sánchez Cerro. En diciembre fue apresado y enviado a la cárcel de Trujillo hasta el junio del 1932, fecha en que la revolución lo liberó. Estuvo en la revuelta salvajemente reprimida, por lo que se vio obligado a huir y fue capturado en Celendín.

En Trujillo, un tribunal lo condenó en ausencia a diez años de prisión. No obstante fue torturado y remitido a Lima para ser recluido en la Penitenciaría. Allí permaneció hasta la llegada al poder del general Óscar R. Benavides quien dictó la ley de amnistía para presos sin proceso y sentencia. Como Ciro Alegría había sido sentenciado, recién obtuvo su libertad en octubre de 1933. Debido a sus textos publicados en el diario La Tribuna, y del llamado “Complot de El Agustino” (remedo revolucionaria aprista), en diciembre de 1934 fue arbitrariamente desterrado a Chile. Curiosamente ese mismo día llegaba a Santiago el poeta asesino José Santos Chocano. (16)

A fines de 1936, debido a la dureza, sobrevivencia en la prisión y sobre todo persecución política, se enfermó con tuberculosis pulmonar. Por lo que tuvo que ser internado en el sanatorio de San José de Maipo y allí permaneció durante dos años. Para que sanara definitivamente le aplicaron un neumotórax, lo que le causó una embolia cerebral y parálisis temporal de la mitad del cuerpo. Durante su recuperación y a manera de terapia, escribió la novela Los perros hambrientos (17).

Todos estos hechos que no se deben olvidar, porque no hacen más que configurar un encanallamiento oficial contra el talento y la inteligencia en el Perú. Se trata de un odio especial al escritor disconforme, de un desprecio visceral procesado desde los más cargos del Estado-nación, desde el poder político contra seres que resultan siempre indefensos y la sociedad civil es incapaz de defenderlos. Si en lugar a encarcelar, torturar y desterrar a Ciro Alegría lo hubieran nombrado embajador en Madrid, qué grandes novelas y ensayos hubiera escrito. Pero el odio a los seres humanos más sensibles no termina, ¿hasta cuándo? Hasta que la cultura y tolerancia lleguen a la política. Ahora ya no importa ni siquiera el odio mortal de Luis Alberto Sánchez (18), Ciro Alegría goza de buena salud y seguramente que del Doctor Océano nadie escribirá su escabrosa biografía.

Mucho daño le ha hecho a Ciro Alegría el mote indigenista (19). Esa absurda clasificación proviene de la crítica de carácter colonial, de un entorno discriminatorio, reaccionario, clasista, de desprecio al Perú esencial. Se trata de un concepto segregacionista, usado para separar lo occidental de lo auténticamente peruano, con un criterio destinado a la postración, postergación y vasallaje. Ciro como novelista y político, jamás se puso al servicio del sistema para obtener algún premio literario. Todo cuanto obtuvo lo consiguió gracias a su talento literario e inteligencia. Por eso, quienes se refirieron a su personalidad indivisible en el IV Encuentro de Narradores Peruanos de Cajamarca (20), coincidieron en señalar que también fue un gran maestro y ejerció el magisterio a través de sus libros. Fue un ciudadano honesto que siempre actuó con limpidez y jamás optó por otra nacionalidad, pese a los abusos y sufrimiento carcelario tan cruel que le infringió el poder, siempre adverso a las personas honradas.

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1.- Ciro Alegría Bazán, (Sartimbamba, 4/11/1909 - Chaclacayo, 17/2/1967), escritor, político y periodista. Es autor de las importantes novelas: La serpiente de oro (1935), Los perros hambrientos (1939) y El mundo es ancho y ajeno (1941). La bibliografía es sumamente extensa.
2.- Los autores entregaron textos de sus libros más importantes. Es decir, fragmentos que consideran sean los más importantes.
3.- El orden de la antología es alfabético. Un dato importante es la bibliografía que cada autor ha acompañado, de modo que para un estudio amplio, se cuenta con estos datos fundamentales. José Luis Ayala figura en el I tomo, en la página 99 con los textos: Capítulo I El Libertador bajo el cielo de Quito (III). Fragmento de la cronivela El Libertador entre el amor y la guerra. Además el cuento Zorro, zorrito.
4.- En referencia a los cánones oficiales con los que se escribe ahora un cuento o una novela, se puede advertir que casi todos los narradores jóvenes conocen las técnicas narrativas.
5.- Se nota que Mario Vargas Llosa, no ha dejado un magisterio literario como lo han hecho otros escritores, a quienes los nuevos narradores leen y releen constantemente.
6.- Mario Vargas Llosa. Cartas a un novelista. Ariel. Edigraf, 1997, Buenos Aires, Argentina.
7.- Mario Vargas Llosa. Cartas a un novelista. Página 7. Ariel. Edigraf, 1997, Buenos Aires, Argentina. Vargas Losa menciona a sus autores preferidos.
8.- Mario Vargas Llosa. La utopía arcaica. José María Arguedas y las ficciones del indigenismo. Tierra firme. Fondo de Cultura Económica, 1996, México.
9.- Llamado también Realismo mágico, género de ficción creado por novelistas iberoamericanos. El realismo mágico, moderado muestra la realidad narrativa alimentada de elementos fantásticos como fabulosos. El desafío que supone es una distinta noción "realidad" que cuestiona a la "verdad". Estas tendencias se encuentran ya presentes en primeros novelistas. Tuvo un gran auge en la literatura latinoamericana de 1960 y 1970, cuando se produjeron las dictaduras políticas y la palabra se usó como un instrumento preciosa para acusar y abogar por la libertad.
10.- Miguel Arribasplata, Esteban Valverde. Sapos y Halcones. Conceptos y estrategias del texto literario. Editorial San Marcos. Lima, 2002.
11.- El texto mencionado de Miguel Arribasplata y Esteban Valverde, está escrito para docentes universitario de literatura.
12.- Miguel Arribasplata, Esteban Valverde. Sapos y Halcones. Conceptos y estrategias del texto literario. Páginas 171-189. Editorial San Marcos. Lima, 2002.
13.- Los jóvenes narradores admiran la capacidad de Mario Vargas Llosa que se expresa en Cartas a un novelista.
14.- Hernando Valencia Goelkel. El arte Viejo de Hacer Novelas. Ensayo y pensamiento. Espasa Fórum. Planeta Colombiana Editores. Santa Fe de Bogotá, 1999.
15.- Milan Kundera. Escritor checo. Nació en Brno, estudió en el Carolinum de Praga y fue profesor de historia del cine en la Academia de Música y Arte Dramático hasta 1969, después en el Instituto de Estudios Cinematográficos de Praga. Su primera novelas La broma (1967), después publicó El libro de los amores ridículos (1970) y La vida está en otra parte (1973). Después de la invasión soviética de Checoslovaquia (1968), perdió su trabajo y sus obras fueron censuradas. En 1975 emigró a París y enseñó literatura comparada en la Universidad de Rennes (1975-1980), luego la École des Hautes Études de Paris. Ha publicado El libro de la risa y el olvido (1981), La insoportable levedad del ser (1984) e Inmortalidad (1991), La despedida (1975), Jacques y su amo (1981), El arte de la novela (1986), La lentitud (1994), Los testamentos traicionados (1995) y La identidad.
16.- José Santos Chocano. (Lima, 1875 - Santiago de Chile, 1934) Representa al modernismo pero su obra es muy desigual. Preso por revolucionario a los veinte años de edad, trabajó en cargos diplomáticos en Colombia y España. Fue ministro y consejero de Pancho Villa en México y asesor de Estrada Cabrera en Guatemala, acusado de haber bombardeado la capital fue condenado a muerte. De regreso al Perú fue protegido por Leguía, pero debido a su carácter violento asesinó a Edwin Elmore y fue encarcelado. Vivió en Santiago donde fue igualmente fue victimado por un loco enajenado.
17.- Los perros hambrientos (Santiago de Chile, Editorial Zig Zag, 1939), novela, Segundo premio del concurso de novela convocado por la Editorial Zig-Zag de Chile.
18.- Luis Alberto Félix Sánchez Sánchez (Lima, 12 de octubre de 1900 - Lima, 6 de febrero de 1994), fue escritor, abogado, historiador, periodista, crítico pero sobre político. Se caracterizó por ser un destacado líder del Partido Aprista Peruano, fue senador, presidente del Senado y vicepresidente de la República. Tres veces rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con Raúl Porras Barrenechea y Jorge Guillermo Leguía, animó el Conversatorio Universitario fundado en 1919 con participación de Víctor Raúl Haya de la Torre, Jorge Basadre, Carlos Moreyra, Ricardo Vegas García y José Luis Llosa Belaúnde. Hoya Nadie lee sus textos ni es citado como un autor importante.
19.- El Diccionario de la Real Academia de Lengua Española consigna los siguientes conceptos. Estudio de los pueblos indios iberoamericanos que hoy forman parte de naciones en las que predomina la civilización europea. Doctrina y partido que propugna reivindicaciones políticas, sociales y económicas para los indios y mestizos en las repúblicas iberoamericanas. Exaltación del tema indígena americano en la literatura y el arte. ¿Qué más? ¿Acaso no se trata de opciones que establecen una marcada superioridad? Para el buen entendedor varias palabras.
20.- Cajamarca. Es la capital del Departamento y de la Provincia de Cajamarca, situada a 2720 msnm en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes, en la sierra norte del Perú. En 1532, se produjo en este lugar la captura de Atahualpa durante la invasión de los españoles al Perú.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Hernán Cornejo polemiza con José Luis Ayala


La inalcanzable inmortalidad

Escribe: Jaime Hernán Cornejo-Roselló Dianderas

José Luis Ayala Olazával es un escritor incoercible, publica y publica sin control ni detenimiento. Esta vez lo hizo en el diario Los Andes bajo el título de “La insoportable falsa conciencia histórica” acomodando su melódica inspiración al título de la novela la “Insoportable levedad del ser” de Milán Kundera, donde nos dice, como un Cristóbal Colon viajante y geógrafo que se tropieza y sin querer descubre una veta minera, que los puneños andamos equivocados y que somos esclavos de la inoperancia histórica porque no rectificamos lo rectificable y seguimos siendo colonialistas y filo hispanos al festejar el 4 de noviembre y canalizar ese día como fasto ciudadano. Nos culpa a los puneños de no sentir el anti hispanismo que él siente sin percibir que a los puneños de hoy, España y sus mamotretos nos interesan un ardite, dado que el 4 de noviembre ha devenido en el “Día de Puno” donde la fundación hispana es un trasto viejo que nadie recuerda. Olvida que el 3 de noviembre hay un puneñísimo concurso de Estudiantinas, que el 5 salen acompañando a Manko, Sikuris andinos y danzarines autóctonos que el pueblo festeja y que de algún menjunje hispánico nadie se acuerde así el festejante haya conducido sus entendederas hasta la remaceta.

Él quiere que deliberadamente las autoridades y la población abominen del 4 de noviembre y no lo llamen “Día Cívico”, menos “Día Histórico de Puno” y nada por el estilo que eso es una eufemística manera de tratar la historia y que sería interesante, sugiere, que se edifique un monumento al asesinado José Salcedo y a la bella Malika.

En su artículo de marras alude a teorías de dominación y alienación sosteniendo que los puneños de hoy no padecen rubor ni tienen una pizca de vergüenza por el neocolonialismo que lucen al festejar la fundación de la ciudad de Puno el día 4 de noviembre de 1668, realizada, según historiadores de nuevo cuño, el 9 de septiembre de ese año por el virrey Pedro Fernández, Décimo Conde de Lemos, pero más que eso —que ha devenido en emoliente cultural de temporada y preocupación periódica de figuretismo que solo aflora con argumentos ultra conocidos días antes de noviembre de cada año— el artículo evidencia un morbo destructivo que no educa ni instruye con argumentos, sino que adjetiva y asusta a punta de epítetos dirigidos a quienes como autoridades y como pueblo festejan ese día y lo hacen con cierta formalidad sobre la supuesta Fundación Española de la ciudad de Puno, hecho histórico que a la sazón no le interesa ahora ni siquiera a los dispersos descendientes del Conde de Lemos y de su consorte y agresiva religiosa sin hábitos que fue la señora Borja.

El poeta desalienador sostiene que los puneños se han coludido desde el poder para defender economías de opresión y políticas de abuso y exclusión alimentando tendencias culturales que construyen falsas conciencias históricas que destruyen la identidad de un pueblo cuya “historia total” (¿?) aún está por escribirse. Ese errático argumento no se concilia con la realidad actual donde en Puno no hay cabeza visible coludida con algún poder neocolonial ni menos definida como continuadora de un colonialismo mental. ¿Ayala y sus claroscuros otoñales? El escritor ha leído diversos textos sobre dominación y alienación y monda y lirondamente los traslada al escenario de Puno donde esas teorizaciones no tienen nada que ver con nuestra realidad. Actúa como Procusto que acomodaba su camastro al tamaño del circunstante de ocasión y si su lecho era grande para el chico o chico para el grande, procedía a liquidarlo y, en este caso, Ayala acomoda su obsesión para endosarle el calificativo fulminante de pro hispanos a quienes no lo son y lo hace porque su estilo es aplicar teorizaciones donde ya existen costumbres arraigadas y mimesis cultural con nuevos formatos.

Afirma suelto, sueltísimo de huesos al referirse al 4 de noviembre que: “No se trata de un mito, sino de la construcción de una falsa conciencia colectiva desde el eje del poder, la economía, la política y la cultura, desde una errada forma de pensar para destruir la identidad histórica de un pueblo, cuya historia total está aún por escribirse. Viene a ser un consenso impuesto en nombre de una casta pro hispana, pero que de hispana no tiene y nunca tuvo nada”. Esos argumentos, además de mal expuestos, son simplezas. ¿Dónde está el poder puneño pro hispánico? ¿Oculto en los entresijos de las cuitas de Ayala, en la morada de algún cacique supérstite? No hay tal. Lo que hay es tradición quizá pesada y rutinaria como toda práctica inveterada y donde se evidencia poca voluntad para reajustar el acontecimiento y bautizarlo con otro nombre. Eso es todo. No hay hispanismo, más bien hay insurgente cholismo, sayas hasta en la sopa, muslos despachados o flaquipiérnicos e híper morenadas y contorsiones para todo gusto y disgusto. Entonces el reto es arreglar la fiesta y no torpedearla con vanidades.

Plantea respecto de la equívoca Fundación Española de la ciudad de Puno, sobre la urgencia de” “iniciar procesos de descolonización del falso pensamiento histórico, necesidad de plantear análisis dialécticos de la historia con nuevos instrumentos de desestructuración y contra investigación con una ideología liberadora del pasado negativo” y remata su estéril teorización, que envanece la nadidad, afirmando que existen en Puno y, suponemos que también en Huancané la tierra de donde es originario el copioso poeta, que en Puno hay “pongos intelectuales” que serían cómplices de neocolonialismo en pleno siglo XXI. Todos ese batiburrillo de palabras acumuladas evidencian una gran intoxicación letrada que exagera y maximiza hasta el delirio la existencia de voluntades neo colonizadoras donde solo hay rutina tradicional y repetición monocorde de una festividad que cada año es más opaca. Ayala pergeña una delirante ficción al extremo de sostener que porque se festeja el 4 de noviembre no hay posibilidades de admitir el ejercicio de una interculturalidad constructiva. Cree que un centímetro impide que el metro tenga autonomía y luego en su perorata mezcla el mito para indicarnos que no hay mito en lo que respecta al 4 de noviembre y, entonces el supuesto mito que para él no es mito, desaparece porque no tiene valor como mito y la gente que nunca utilizó el mito se quedó desmitificada, sin enterarse si hubo o no mito. Cantinflas en vida hubiera premiado a este poeta aún no laureado que cuando critica a Puno ofende y agrede creyendo que los puneños que alguna vez lo maltrataron, ningunearon y dudaron de sus calidades sociales y humanas, aún viven.

No olvidemos que ya desde su primer y único retorno de Francia a mediados de la década de los 70, Ayala adjetivó contra Puno en la revista OIGA en una entrevista concedida al poeta Leoncio Bueno y lo hizo de manera descomedida endosándole a la pobre ciudad lacustre de ese entonces, tan pobre y huérfana de linajes como ahora, que la “clase alta” puneña y pro colonial era un obstáculo para el desarrollo local. No reparó que nunca, en ninguna vez existió en Puno clase linajuda y alta, a lo más existieron terratenientes productivos y gamonales explotadores. Habló, también de otras inexactitudes que evidenciaron su patología de circunstancias cuando tenía ocasión de aludir a Puno sin mostrar una auténtica voluntad de esclarecer temas y orientar opinión. En esos años le salieron al frente Iván Cuentas Aparicio, Oscar Gómez Zeballos, Miguel Gutarra Rivadeneira, Ferdy Sotomayor Pinazzo, René Roque Díaz y el suscrito aún menor de edad, porque en esos años la mayoría ciudadana se alcanzaba a los 21 años. Desde ese tiempo Ayala no ha cambiado sigue blandiendo al aire sus palotes y peleando tiza en mano contra pizarras imaginarias rodeado de fantasmas que lo aplauden o atacado por dolores y frustraciones concebidas por él para alimentar su quijotesca incursión pro “historia auténtica” a la que no contribuye sino alude.

Habla de “contra investigación” como técnica necesaria para revelar y develar la naturaleza de lo investigado y descubrir sus fallas, tendencias y las proclividades que han falseado la verdadera historia. Está bien que eso se haga y hay que hacerlo. ¿No podría acometer esa tarea el prolífico escritor y así contribuir a la construcción de la verdadera historia que según él, tanto necesitamos? Arguye sin mayor sustento explicativo que los grupos de poder (¿?’) de Puno por su presunción se aferran al estado de cosas imperante porque siguen mentalmente colonizados. En ese agonizante argumento confunde metáfora con metonimia y rima de manera asonantada y desacompasadamente. Poeta que destila ponzoña frente a todos aquellos que supuestamente no piensan como él ha perdido la brújula del espíritu y encarna la pesadez de la materia.

Afirmar que sus argumentaciones expuestas en el artículo de alguna manera tienen contenido y sentido de historia, es efectuar una evaluación parcial porque al momento no hay revelaciones verosímiles en contrario, no obstante, es viable recomponer ese segmento de historia para asirnos a realidades más creíbles. No obstante, inferir que por esa debilidad circunstancial nuestro futuro cambiará y tendremos más identidad si festejamos otras fechas, es creer que el acontecimiento y la remembranza significan más de lo que intrínsecamente representan. Y Ayala con la pinta menguada del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal y luciendo el estereotipo del que se sospecha escritor, lo que más ha demostrado es tener abundancia de pedantería propia del perdonavidas que enrostra su impaciencia a diestra y siniestra luciendo criterios literarios formados con lecturas y opiniones de otros autores, pero deformados por las experiencias de relegamiento y frustración que debió padecer a lo largo de su ya lata vida y que probablemente algún ciudadano puneño de los años 50 o 60, se las infligió.

Alguna vez estuvimos persuadidos que José Luís Ayala Olazával por su prolongada cabalgata literaria podía adquirir calidad de personalidad cultural capaz de generar aprobación entre sus lectores y desempeñar, como escritor prolífico, el papel de creador que aglutina voluntades, de poeta que modela espíritu y subyuga ánimos al abrir caminos de discernimiento estético; pero no, nos equivocamos, su ego lo ha digerido tanto que de él solo queda el aprecio que se tiene a sí mismo y que es más grande que su obra escrita que para muchos ya es exagerada, profusa y audazmente garrafal como para considerarla de calidad. Su fatua enormidad ha fagocitado su propia obra e hipertrofiado su personalidad, en tanto que Ayala como enemigo permanente de los puneños conjuga el verbo ser como si este le perteneciera y cuando habla dice en monótonas alomorfías sintácticas: “Yo soy” “Yo sigo siendo” “Todo lo demás es porque yo lo defino” “Estoy siendo para que los otros hallen su camino”. “Puno no existiría literariamente si no tuviera un hacedor como yo que soy el escritor que más ha escrito”. Su solipsismo sería irrenunciablemente atractivo si fuera un auténtico agonizante, pero solo es un auténtico fabricante de textos que en otras páginas ya tuvieron vida, que es como decir que es autor que divulga lo que otros autores pensaron y escribieron. Como hasta ahora no puede ser y le es imposible proyectarse con humildad y calidad a la forja de pensamientos sociales y directrices, sucumbe ante el márquetin fashion, termina como escritor que escribe tanto que ni el mismo puede leerse, releerse y entenderse. José Luís Ayala Olazával que pronto será un escritor septuagenario y fiel a su estilo de abundar más sobre lo mismo y exprimir un tema sin agotarlo con seriedad y propiedad es probable que el artículo que ha escrito pronto se convierta en la primera piedra o antesala de un futuro ensayo suyo, que luego termine en formato de libro para ir sumando más producciones a las suponemos 3 docenas de textos que han fatigado la vista de los lectores que tantean sus “aportes” a la poética, la historieta, la ensayística, el matraz y la pipeta literaria y todo un conjunto de saberes graficados que no le están vedados dada su versatilidad para hacer obra y culminar en libro hasta el más insignificante significante.

Si hubiera tenido voluntad de esclarecimiento y de aporte en vez de escribir una sábana hubiera sintetizado sin tanto insulso insulto escribiendo, por ejemplo, que: “No se debe festejar el 4 de noviembre porque se trata de una denigrante fundación española que, por lo demás, ocurrió el 9 de septiembre, y lo que se debe festejar es el “Día del futuro” que se celebraría cualquier día del año para sentar las bases de un porvenir alcanzable y punto. Los puneños debemos abominar de España y de todo lo que huela a hispanismo” Pero como a Ayala Olazával le gusta escribir tanto nos agotó con un artículo sobre colonialismo, neocolonialismo, mentalidad colonial y agua de colonia que a los puneños no nos infecta, pero sí indigesta y disgusta.

Convertir el peldaño en escalón para subir en la consideración social y suponerse único en producir obra valedera y trascendente, es su forma andina de agotar temas y tramar realidades que solo y exclusivamente luzcan sus pinceladas, transmitan sus ardores, eclipsen sus frustraciones y subjetivismos y terminen haciendo de la compleja historia y creatividad local, impronta propia y destello de sus fulgores y pasiones. Ayala Olazával se plagia a sí mismo y se repite hasta la saciedad. Para él la historia de Puno debe vivir en consonancia con lo que él siente y consiente. Y por eso siempre que escribe sobre algo que atañe a Puno, lo que le sale y resulta es un tema modelado y apretujado a sus intereses que no son otros que el protagonismo, la alharaca, la showmanía y el rencor destilado contra Puno y sus ciudadanos lacustres. De un real sentimiento de revelación no hay sino orfandad total. En sus estertores de escritor y actor, desde siempre ha pretendido imponernos su aparentemente ilustrada versión de la realidad que no es sino una sesgada visión de las cosas, intentando que no haya suceso o acápite, por muy minúsculo que sea, por donde no pase la regla de su pasión de comisario de la escritura y de árbitro de los sentimientos regionales.

José Luís Ayala Olazával luego de más de “n” libros publicados continúa siendo un antiguo proyecto sin mayor resolución y con escasa significación por su producción de temas agotados que lo vuelven escritor prescindible. Puno, pese a él y sus diatribas, seguirá festejando lo que festeja y continuará impertérrito caminando hacia la adquisición y fragua de una identidad sin comisarios ni tutelajes. Hasta ahora todo lo que ha dicho y escrito es rebatible al tiempo de ser insufrible. Así de simple. Los puneños pueden continuar bailando el 4, el 2, el 8 y cuando les parezca que deben hacerlo. Al final cualquier fecha es una coartada para la diversión.

Finalmente diré que mejor hubiera sido que el escritor produjera un soneto memorable, una línea que cruzara el tiempo y venciera al olvido, antes que tanta palabrería con ego que obstaculiza el libre tránsito y atosiga el entendimiento. O en todo caso, sostenemos, como muchos puneños ya lo expresan, pero en voz baja, que José Luis Ayala Olazával, pudo ser alguien significativo que probablemente habría logrado sus propósitos si no fuera por culpa de él, de su ego y de sus numerosos escritos que desdibujaron su condición de poeta. Esos puneños de soto voce rematan su opinión afirmando que si el poeta de los años 60 guardaba silencio y no hubiera escrito ni una sola palabra, habría pasado a la inmortalidad.

Polémica entre José Luis Ayala y Hernán Cornejo Roselló-Dianderas


La ciudad y los pongos

Escribe: José Luis Ayala

El texto que se refiere a la falsa conciencia histórica, construida en relación a la supuesta Fundación Española de Puno con fecha 4 de noviembre de 1668, está destinado efectivamente, a causar una polémica inmediata, pero coherente. Está concedido para provocar, finalmente iniciar una discusión con altura, con argumentos válidos y razonamientos coherentes. Pero fundamentalmente tiene la intención de cuestionar los hechos que se suponen hubieron y que han servido para construir y mantener una mentalidad marcadamente colonial. Ese es el tema de fondo y todavía no está agotado, recién empieza. La manera desafiante, los argumentos irrefutables, el lenguaje limpio y directo, los fundamentos históricos esgrimidos, han dado parcialmente en el blanco. Eso nos alegra enormemente aunque la primera respuesta no tenga una contundencia histórica fehaciente y, lamentablemente se pierda en un palabreo falso, en un cúmulo de oraciones que sobran en el tema central. Así sucede cuando no se entiende el fondo del tema, aparece mucho ripio y oscurece lo que se quiere decir.

En lo sucesivo y con más fuerza, insistiremos sobre el tema porque es importante reeducar a las nuevas generaciones, reconstruir sistemáticamente la historia, reflexionar para que poco a poco se descolonice y cuestione a una mentalidad conservada y proyectada con deleznables argumentos, que tienen que ver con los aciagos hechos del 4 de noviembre de 1668. Por supuesto, es mil veces preferible escribir y convocar a una polémica que tarde a temprano se dará, a mantener una actitud que traduce una mentalidad de gratuito pongueaje intelectual. No es posible contestar a un frustrado y anodino cronista aldeano, a quien solo leen sus amigos y nunca ha escrito un solo libro por temor a la crítica y tal vez ahora sea demasiado tarde.

Es decir, cincuenta contra ninguno es un abuso sin piedad y como dice el vals: “sin medida ni clemencia”. Viene al caso lo que dijo el tatarabuelo Don Miguel de Cervantes Saavedra: “Es grandísimo el riesgo que se pone al imprimir un libro, siendo de toda imposibilidad imposible componerle tal que satisfaga y contente a todos los que lo leyeren”. Pero la envidia y la frustración son capaces de todo. En el fondo del texto y en cada palabra afloran una inmensa orfandad ideológica y falta de una visión coherente del mundo. Traduce a una disipada como inútil sobrevivencia a un tiempo lleno de conflictos que no entiende, viene a ser un texto escrito por un noctámbulo y trashumante anónimo, significa un estornudo literario y terminal como consecuencia de una permanente e intrascendente bohemia pueblerina. Con razón uno de sus amigos más íntimos con un turrón más grande que el de Doña Pepa, solía decir que tiene más de treinta libros escritos en secreto y que los publicará “a fin de año”. Han pasado más de treinta y no aparece ninguno. Mejor que todo se quede así por el bien de la Literatura Latinoamericana y la humanidad, no importa que se vean primadas de un deslumbrante talento que hasta el mismo MilanKundera y Vargas, Llosa quedarían asombrados y empequeñecidos.

Pero es una excelente oportunidad para anunciar la inminente edición de los siguientes libros: El pez de oro. Gamaliel Churata. Presentación: José Luis Ayala. Colofón: RiccardoBadini / Fernando Diez de Medina. II. Gamaliel Churata: El ángel iluminado. José Luis Ayala. Presentación: Antonio Melis. Colofón: Manuel Pantigoso / Jorge Flórez-Áybar. III. Gamaliel Churata: La vocación del escritor. José Luis Ayala. Prólogo: Ricardo González Vigil. Colofón: Aldo Medinacelli / Feliciano Padilla. VI. Gamaliel Churata y la reinvención de la palabra. José Luis Ayala. Presentación: Dorian Espezúa Salmón. Colofón: Arturo Vilches Cedillo / Maya AguiluzIbarguën. V. Gamaliel Churata o la subversión semántica. José Luis Ayala. Prólogo: Miguel Ángel Huamán. Colofón: Efraín Kristal / Mauro Mamani Macedo. VI. Anales de Puno. Gamaliel Churata. Prólogo: José Luis Rénique. Colofón: Augusto Ramos Zambrano / José Luis Velásquez Garambel.

No solo eso, sino que para causar más encono y malograr el hígado anunciamos que está en prensa una cronivela titulada: Este cautiverio y agonía sin fin. Debe publicar un Diccionario aymara-español. Español-aymaray un libro desafiante: Descolonización del uso de la palabra y otros ensayos esenciales. Pero la discusión de un tema histórico tan importante como el que nos ocupa, necesita de una permanente contrainvestigación inteligente y, deberá contar con la participación de los nuevos científicos sociales. En realidad, viene a ser una ineludible labor que debería asumir la Universidad Nacional del Altiplano. Así se pondría poner sobre la mesa el tema de la descolonización del poder, la desestructuración de las teorías históricas, como también las expresiones en la coloniedad en educación y la cultura. No hay términos medios, se trata de un proceso educativo a largo plazo, de un trabajo sostenido en la relectura de las fuentes y diseño de una mentalidad que finalmente nos libere de la falsa conciencia histórica y además, de las dolorosas frustraciones del pasado.

Sin embargo, nos alegra de modo particular avivar las llamas que yacían casi dormidas al fondo del imaginario histórico, de la conciencia colectiva. No se trata de temas que tengan que ver con las personas y menos con el físico que tienen. Nadie se fijaba si Neruda era gordo o Vallejo era flaco, si por ejemplo Federico García Lorca era homosexual o no, nadie dice nada por ejemplo de un anodino “comunicador social” que un círculo de amigos le han hecho creer que es “escritor” y, usa una mugrienta gorra de camionero de Llallagua. Es preciso exponer, esgrimir ideas, defender con fuentes históricas lo que se arguye. Los lectores tienen derecho a un trato civilizado y elegante. Jamás, nunca hemos leído ese nombre, quizá sea un seudónimo o algo parecido, en ninguna revista de gran tiraje y menos en un diario que circule en el Perú. Entones, habrá que darle unos diez años de plazo para un libro suyo sea comentado, se someta a la crítica y recién entonces se pueda hablar de igual a igual. Mientras tanto, tiene que seguir chupando pastillas contra ese permanente resfriado a causa de los vientos cordilleranos.

Ahora falta que escriban, participen quienes deben hacerlo para sistemáticamente esclarecer, si existe o no una conciencia histórica alimentada por argumentos falaces y seguir una tradición colonial para festejar cada 4 de noviembre la Fundación Española de Puno, todo para mantener una mentalidad colonizada. Cuando se trata de discutir temas serios se presentan pruebas, documentos, se investiga y argumenta a favor o en contra. Si no es así es aconsejable guardar un prudente como inteligente silencio. Mucho tiene que ver la necesidad de asimilar la insurgencia de un fantasma que recorre el mundo: la descolonización intelectual y necesidad de volver a reescribir la historia.

Eso es todo, ¿entenderá? Vamos a ver. Entre tanto, habrá que prenderle una vela con viagra a la Virgen de la Candelaria, para que le haga el milagro. No está demás señalar una bibliografía mínima si es que quiere volver a intervenir en este debate. Solo así podrá saber de qué se trata: Fanon, Frantz, Los Condenados de la Tierra,México, FCE, 1983 .Hobsbawm, Eric, Historia del siglo XX, Buenos Aires, Editorial Crítica, 1998. Lowe, Norman, Guía Ilustrada de la Historia Moderna,México, FCE, 1989. Martínez Carreras, José U., La descolonización según la reciente bibliografía, Cuadernos de Historia Moderna y Contemporánea, nº 8, Madrid, Ediciones Universidad Complutense, 1987, pp. 259-267. Ortiz Fernández, Carolina. Procesos de descolonización del imaginario y del conocimiento en América Latina. UNMSM, Lima, 2004. Pastor, Ana, La Descolonización: el Tercer Mundo, Madrid, Ediciones Akal, 1995. Quijano, Aníbal, Colonialidad del poder, cultura y conocimiento en América Latina. Capitalismo y geopolítica del conocimiento. El eucoentrismo y la filosofía de la liberación en el debate intelectual contemporáneo. Buenos Aires, Ediciones del Signo y DukeUnirsisty, 2001. La economía popular y los caminos en América Latina, Lima, Mosca Azul editores, Lima, 1998. Imperialismo y marginalidad en América latina. Santiago de Chile, CEPAL, 1966. ¿Es verdad que esto dijo Chocano? “Bienaventurados los pueblos que aman a sus poetas porque de ellos será el reino de la inmortalidad”. Y ahora, a leer…

El Yo Poético del Cholo Nieto


El Yo Poético del Cholo Nieto entre dos senderos: El político y el hecho cultural
En el Centenario del Poeta: 1910-2010


Escribe: Jorge Flórez-Áybar

Llegué a la ciudad del Cusco en la década del sesenta. El terremoto de ese año me expulsó de la ciudad de Arequipa. Debí permanecer un año más en el seminario. En la biblioteca del convento hubo tantísimos libros, periódicos y revistas que no supe, en ese momento, cómo dar inicio a mi actitud compulsiva por la lectura. Entre mis manos sostenía un folleto: Revista del centro de estudiantes Puno, Nº 1, Cuzco-Perú, 1949. En ese entonces, ya me encontraba en los predios de la literatura y me llamó la atención un artículo que firmaba Eustaquio Kallata: Roberto Latorre y los intelectuales de Puno y Cuzco. Y me interesó el párrafo siguiente: Por el momento sólo hay dos poetas y medio: Luis Nieto y Arturo Castro, ambos canchinos, es decir, injertos de los legendarios kanchis y mestizos arequipeños y el medio… puede ser cualquiera de la runfla de liricidas. (p.14) Eustaquio Kallata (que cumplió cien años el 2002) mantendrá la misma idea en otro artículo: Contra los vates y sus derivados: En el panorama lírico del Cuzco son figuras señeras: Alberto Delgado en las modalidades de la poemática modernista y el postmodernista Luis Nieto, Arturo Castro, Gustavo Pérez-Ocampo y algunos más. Y nada más, hasta ahora. (Avendaño, 1993:835-836). A veces cuando se comenta un texto o la obra de un autor nos dejamos llevar por las impresiones de otro crítico. Por ejemplo el despropósito que cometió Luis Alberto Sánchez con respecto a la novela Kilisani de Ernesto More. Comentario que repite Mario Castro Arenas en su novela peruana. O sea, por el hecho de que Ernesto More era en ese entonces el secretario general del partido comunista del Perú se calificó su novela como extremista, con un contenido marxista, sin haberla leído. Muy lejos de la realidad, era simplemente una novela romántica. Y sobre la obra de Luis Nieto se dijo muchas cosas, sin llegar al meollo. Se fueron repitiendo los mismos comentarios como algo que se ha agotado. Llego a la misma conclusión después de haber leído diversos análisis al respecto. Sin embargo, la obra de Luis Nieto nos abre una nueva luz y todas las sombras existentes bajo el paraguas de esa luz son solo huellas. Es que su obra llena toda una época. Se ha convertido en un hito. Entonces habría que hablar de una poesía hecha antes de Nieto y después de Nieto. El mismo fenómeno ocurre en Puno con el poeta Efraín Miranda Luján.

Debió transcurrir algunos años más para que yo pudiera conocer personalmente al poeta Luis Nieto. Lo vi, es cierto, en algunos mítines pero desde lejos. Se hallaba junto a otros líderes: Pascual Montaño, Emiliano Huamantica, Florencio Aragón, José Calvo, Víctor Angles, entre otros. Existe una tesis interesante de Carmen Escalante al respecto: Presencia de la filosofía marxista en el movimiento sindical cusqueño. Ellos construyeron la frase: Cusco rojo siempre será. El ambiente político en el país era incierto, por eso los escritores de la década del 60 denunciaban permanentemente la condición miserable del hombre. El problema se agudizará dos décadas más tarde, debido, sobre todo, a la postura equivocada y estéril de los políticos. Ese era el imaginario literario de los escritores de entonces. Brillaban con voz propia: Manuel Moreno Jimeno, Javier Heraud, Mario Florián, Leoncio Bueno, Víctor Mazzi, Alejandro Romualdo. Todos desarrollaban una poesía de lucha y de protesta a partir de una posición clasista. Entre ellos se alzaba la voz del cholo Nieto, firme, fiera y bronca. Era una posición radical como postulado ideológico. Sin duda, rompieron con la poética tradicional y sus esfuerzos por expandir el nuevo canon cayó en el sector estudiantil y éste tomó conciencia de este hecho. Los poetas comprometidos crecían en el país. Las plazas se abarrotaban de gente. Generalmente era utilizada la oralidad porque el mensaje era más directo. Así lo hicieron en la edad media y así fue en la época de los incas. Esa postura anti-occidental no solo era en el país, sino en toda América y Europa: Pablo Neruda, Ernesto Cardenal, Vicente Aleixandre, Blas de Otero. Era por así decirlo, la búsqueda de un nuevo espacio dentro del canon literario hispánico, ¿acaso era la búsqueda de una nueva expresión literaria en el Perú? ¿Era acaso el inicio de un proceso de descolonización? Es esa la razón por la que percibo un corpus fundacional de la poesía comprometida pero como una tarea colectiva. Si tuviéramos el valor de interpretar todas las obras de los escritores mencionados tendría que hacerse desde una perspectiva intertextual para encontrar las particularidades de esa nueva concepción ideo-estética. Roland Forgues publicó una antología de narradores, dramaturgos y poetas: Palabra viva, tres tomos, Lima, 1988, lamento que no lo haya considerado porque los poetas antologados eran hacedores de una poesía comprometida como Luis Nieto, cuando éste ya había rebasado todas las fronteras del Perú.

Durante mi vida universitaria ocurrieron dos hechos trascendentales que me acercaron mucho más al poeta Nieto. Un día ingresó al aula. Entre sus manos sostenía un libro, jugaba con él como si fuera un mazo de naipes. Sus ojos recorrieron el salón y preguntó: ¿Hay algún puneño en este salón? Sí, respondí con la mano en alto. Arrojó el libro y sus hojas se extendieron por varios metros en el piso. Sosteniendo el libro por uno de sus extremos, volvió a preguntar: ¿Saben quién es el autor de este libro? Oquendo, respondí. Muy bien, hoy hablaremos sobre el precursor del surrealismo en el Perú. El otro hecho, también significativo, es respecto a la convocatoria de los I Juegos Florales que la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco hizo para la comunidad universitaria. Obtuve el primer puesto en poesía. Luis Nieto fue uno de los jurados y fue él quien me entregó una colección de libros de la literatura cusqueña. Desde esa vez me interesó mucho más su poesía y de la región. En mis reflexiones, después de mucho tiempo, pude bucear en su real dimensión histórica y encontrar dos rasgos: el hecho político y el hecho cultural que transitaron desde siempre en su obra total.

La crítica literaria moderna –nos dice Juan Villegas Morales- tiende a identificar tanto los sentimientos expresos en un poema como la voz poética del mismo en la experiencia real del autor y la persona histórica del creador. De este modo, los críticos se inclinan a interpretar un texto como trasunto de emociones realmente vividas y los juicios de valor emergen como consecuencia de la autenticidad de la expresión en correlación con la supuesta realidad sentimental del poeta. (En Lexis, revista de lingüística y literatura, Vol.V., nro. 1, Lima, 1981). Lo que el crítico busca es establecer la distinción entre autor real y voz poética, entre el ser humano que escribe el poema y el hablante del mismo, que no es sino un alter ego del autor. Leamos los siguientes versos:
CAMARADAS:
¿Por qué seremos pobres? Me pregunto.
¿Por qué siempre será la vida amarga?
¿Por qué tanta miseria? No comprendo.
Alguien plantó en la tierra de los ojos
Una herencia de lágrimas.

Quien habla en estos versos no es el poeta, hay un hablante, una voz poética, un alter ego del autor. Es todo un personaje que exige ser caracterizado. En este caso concreto, estamos ante un hablante comprometido con los menos favorecidos, hay que interpretarlos en función del sistema de valores que la poesía quiere transmitir: el destinatario y el contexto de la época sobre todo. Y en la poesía del cholo Nieto, el hablante es un revolucionario, un político que deviene desde las raíces de su contexto. Es el yo poético que transita por todas las geografías de Latinoamérica. Sin embargo, es el autor quien sufre las consecuencias ideológicas. Yo acababa de salir de la prisión –refiere- gracias a mi huelga de hambre. Al abandonar el Panóptico –la casa del odio- no tenía dónde ir. En vano llamé a la puerta de amigos y conocidos. Se me cerraron todas. La sola presencia de un preso político infundía pavor. Eran dueños entonces del Perú el foete y la espada. La delación era una profesión lucrativa y el miedo se convirtió ya en una costumbre nacional. Dejé mi talega con prendas personales (una frazada y un Quijote) en la pulpería de un chino, en la Av. Bolivia, y me fui, sin rumbo, a buscar brazos amigos, por cualquier parte. (Nieto:1997:32). Algo más, en “Iquique edita la página literaria del periódico Frente popular y en ese ambiente turbulento y sumamente politizado, saca a luz Puños en alto (1938), que con audacia juvenil, subtitula Poemas de barricada y de combate. Chile aportó mi ubicación política, confesará más tarde. Desde ese momento, el marxismo le dará a su vida los más altísimos ideales éticos y una gran preocupación social.” (Idem, p.: 12). Su carrera política concluyó como senador de la república del Perú. Era la década del ochenta, cuando concurrí a un Encuentro Latinoamericano de escritores, el poeta chileno, Linch, pidió la palabra para saludar al escritor Luis Alberto Sánchez porque fue su maestro. Yo hice lo mismo con el poeta Luis Nieto.
El vate de los genuinos acentos andinos, como dice José Gabriel Cosio, se hallaba alejado de la voluntad ancilar y volvía cada vez a monologar con sus cantos:

Yo sé lo que ellas charlan. Yo sé lo que ellas dicen.
Yo sé el llanto que cae de sus rostros de esfinge.
En cada piedra de esas hay un inca cautivo.
Una ñusta que espera su joven arquero indio,
un pájaro que tiembla con su estrella en el pico,
una quena que llora, un pututo que brama,
un cóndor que sacude tempestades del ala,
un cacique que trae la luna en su waraka.
un chaski con su atado de lenguas y distancias,
un aire de palomas, una alondra que canta.
En cada piedra eterna hay un jirón de patria,
un río de recuerdos que sus nidos derrama,
un resplandor del fuego que tus manos taladra
y una rama de luna que destierra su lágrima.

¿Qué es lo que el poeta ha descrito? La soledad, el amor, la ausencia, los recuerdos, el llanto. El yo poético recorre libremente por los pliegues de su realidad. Hay una emoción cultural. Es la expresión de una identidad cultural cuando aún las ciencias sociales no habían avanzado mucho en ese campo. Será un sello ancilar de la cual no podrá liberarse. En este breve comentario nos interesa la visión socio-histórica planteada en los poemas porque nos permite reconocer la voz poética del autor. No solo buscó el goce estético sino el hecho social y político para confluir más tarde en las fronteras étnicas y culturales. Hablamos de una construcción cultural sobre la base de las culturas quechua y aymara. Basta leer los poemas: Indagación del hombre tawantinsuyano, Romance del cholo sampableño, Indio dame la mano, Proclama andina al camarada Titicaca. Sinceramente creo que hay varias etapas fundacionales de nuestra cultura en el país, y la neo-indigenista es una de ellas, pero corresponde a una tarea colectiva que irá articulándose sistemáticamente, no solo por el tema, sino por el tono que es rápido y violento y el ritmo que aparece como una ola de creciente dinamismo que facilitaba su recitación. De este modo, la poesía se convierte en un símbolo unificador de los explotados, vencidos. Por otro lado, estoy convencido que desde el punto de vista ideológico, entre el marxismo y el capitalismo debe salir una tercera posición, la andina. No importa que sus bases sean marxistas, a fin de cuentas, sostendrán todo el edificio andino. Y la dicotomía aculturado/transculturado deben ser cuidadosamente revisados, el primero implica la pérdida de identidad; y, el segundo, implica convivir bajo el influjo del mundo occidental sin la pérdida de nuestras raíces, pero cuando se es débil acaba siendo un aculturado.

Algo más, percibo una moderna ideología de lo estético pero con una fuerte dosis de libertad política que llamamos metáfora andina:

Preñados de alaridos como granizo
Aventaban los bombos sobre la pampa
Mientras que el charango del karabotas
Desenredaba waynos en tu mirada.
(Historia de la literatura del Qosqo, p. 1145, III tomo)

Algunos sintagmas se nos hacen muy expresivos, se debe, sobre todo, a sus materiales sonoros. Es una forma poética que será desarrollada a lo largo de toda su creación. Nos agrada también el poema Orden del día para cuando yo me muera, es posible que en un momento dado viera las sombras de la senectud de su vida. Creo que es humano pensar en voz alta en el más allá. No creo que haya habido una intención profética si tomamos en cuenta el año de su creación (1943) y la de su muerte (1997): transcurrió algo más de cincuenta años. ¿Es acaso una visión agónica que tiene sobre el hombre? En todo caso es un hecho de conciencia individual. El poeta tiene el alma sacudida. Utiliza referentes muy precisos para trascender estados de ánimo: tristeza, lucha, protesta. Él no pide asilo poético en otros predios de la literatura. Está siempre donde las papas queman. Aunque alguna vez, incursionó en el ensayo. Escribió el primer tomo de la literatura cusqueña. El texto lo vi en la biblioteca del escritor Pablo Ojeda. La poesía le ganó. Nunca apareció el II tomo. José Gabriel Cosio hizo un comentario sobre esta obra en el diario El Comercio de Cusco, el 31 de diciembre de 1956, y reproducido en la revista del Instituto Americano de Arte, Nro. 15, 1997.

Finalmente, tengo un recuerdo más. Era la década del 80 cuando nos encontrábamos presentando la revista literaria Titikaka en los salones de la Biblioteca Municipal de Puno. El cholo Nieto irrumpió seguido de sus huestes y la pálida luz del salón ensombreció con sus sombras. Nos pusimos de pie y nos abrazamos como cuando un pariente llega después de mucho tiempo. Apuramos la ceremonia y caímos en la casa del poeta Flores Valdez. Esa noche de vino y cigarro nos dijo: La poesía no tiene que ser una vivencia artística, debe ser, ante todo, una vivencia política e ideológica. Y cultural, agregué. Luis Gallegos, Alberto Cáceres y otros nos retiramos cuando el sol ya atravesaba los techos y las calles de la ciudad.

Las varias poéticas que se daban en el sur del país, de ese entonces, ya se vislumbraban los problemas crítico-teóricos que se iban a producir al interpretar un texto, problemas que no han sido resueltos hasta hoy, pero hay la firme esperanza en la nueva generación que viene tras de nosotros. Ella sabrá con sapiencia llenar ese vacío, mientras tanto, como alguien dijo: Un poema se hace con lengua y su valor literario solo desde la lengua se explica.

Breve referencia bibliográfica:
1. Avendaño Farfán, Ángel: Historia de la literatura del Qosqo: del tiempo mítico al siglo XX. Cusco, 1993, tomo III.
2. Alarcos, Emilio y otros: El comentario de textos Ed. Castalia, Madrid, 1973.
Forgues, Roland: Palabra viva, tomo II, Studium, Lima, 1988.
3. Cosio, José Gabriel: En la Revista del Instituto Americano de Arte, Director: Julio Gutiérrez Samanez, Nro. 15, Cusco, 1997.
4. Kallata, Eustaquio: En la Revista del centro de estudiantes Puno. Director: José Sotomayor Pérez. Cusco, 1949.
5. Nieto Miranda, Luis: De cuerpo entero. Municipalidad del Cusco, Lima, 1997.
6. Tarquino Guevara, José y Brozovich, Raúl: Revista cultural Rijchary, Nro. 3, Cusco, 1967.
7. Villegas Morales, Juan: En Lexis: revista de lingüística y literatura. Director: Rivarola, José Luis. Vol. V, Nro. 1, Lima, 1984.

Los desafíos de la poesía plural en el Perú


Escribe: Boris Espezúa Salmón

Plantearse el tema de la pluralidad de la poesía peruana, exige dos retos: Abordar el pluralismo desde el planteamiento del texto poético y segundo considerar los contextos desde las expresiones culturales que se dan en nuestro país. En tal sentido, es importante empezar con describir el escenario oficial donde la poesía peruana se ha venido manifestando y es que desde la década del 50, por lo menos tenemos una presencia disímil, y vasta que nace con la poesía llamada pura en contraposición de la poesía social, que se balanceaba entre poetas como Javier Sologuren y Jorge Eduardo Eielson por el purismo y Alejandro Romualdo y Gustavo Valcárcel por lo social.

Posteriormente en la década del 60, se afianza la poesía coloquial en el Perú con la influencia inglesa y la poesía beat, que se manifiesta en poetas como César Calvo, Antonio Cisneros, Marco Martos, la poesía de Javier Heraud es singularmente distinta a este tinglado. En la década del 70 insurje Hora Zero con Enrique Verástegui, Jorge Pimentel, Tulio Mora, Juan Ramírez Ruiz, una poesía que al decir que Roberto Fernández Retamar, es una poesía conversacional, coloquial, callejera, donde según los manifiestos de dicho grupo, se trata de instaurar una poesía integral que supere esa dicotomía entre Lima y las provincias, que parecía tener un muro infranqueable por cuyas ranuras sólo filtraba desdén, esta provincialización de la poesía peruana, es decisiva en los 80, cuando aparece en otros flancos, la reivindicación a la poesía femenina con voces como Carmen Ollé, Mariela Dreyfus, Rocío Silva, Patricia Alba, y el grupo “Kloaka” que recogen una porción de marginalidad e irreverencia que Hora Zero demostró anteriormente, de allí la década del 90, es para que la poesía se abra y se pueda practicar todos los estilos, influencias, y corrientes poéticas diversas, línea que continúa en la primera década del presente siglo XXI.
Este habría sido el panorama oficial, formal y de cánon de la poesía peruana que en toda antología o balance de poesía nacional se hace, sin embargo se deja de lado, el quehacer de las provincias, cuando por ejemplo de una década como las del 50 en Puno y en ciudades como Arequipa y Cusco, se trabaja a través de personajes como Guillermo Mercado, Xavier Bacacorzo, Luis Nieto, Gustavo Pérez Ocampo y en Puno con Efraín Miranda, José Paniagua Nuñez quienes también tiene una poesía disímil con puntos congruentes como es la vanguardia y el espacio andino, sin embargo fueron poetas de fuste, que completaron una trayectoria espléndida en la poesía. Posteriormente entre el 60 y 70 vendrán poetas como Omar Aramayo, José Luis Ayala, Percy Zaga, Gloria Mendoza, Serapio Salinas, que a través de la promoción “Oquendo de Amat” impulsaron un quehacer de vanguardia, raigambre con la tierra, y con las técnicas modernas como es el creacionismo y surrealismo en algunos casos. A la par en Cusco había poetas como René Ramírez Lévano, Mario Pantoja, Kilko Huaranca en Arequipa Raul Bueno. En los años 80, Aparecen revistas como “ Omnibus” en Arequipa. “Sur Intenso” en Cusco y “Catarsis” en Puno, poetas como Alonso Ruiz Rosas, Oswaldo Chanove, Luzgardo Medina, José Gabriel Valdivia, Odi Gonzáles, en Arequipa, en aquél entonces los vínculos iban hasta el norte con Beethoven Medina, Luis Eduardo García en Chiclayo y Trujillo, posteriormente, con poetas del Cusco como Carlos Velásquez Iwaqui, Nilo Tomaylla Bernal, Miltón Montúfar del Cusco, y en Puno, pergeñábamos nuestros primeros textos Alberto Cáceres, Milida Castillo, Rodolfo Chávez y quien escribe este artículo, en la década del 90 surgen voces en Puno, como Liliana Quinto, Walter Paz, Simón Rodríguez, Gabriel Apaza, Eddy Sayritupac, Luis Pacho, Darwin Bedoya, Víctor Villegas, y otros, lo propio existe vinculación con muchachos de Arequipa, Cusco, Tacna que impulsan un constante trabajo creativo, hasta iniciada ésta década del siglo XXI. Este es el “otro” recuento de un lado del Perú visto desde las provincias, que demuestra las diversas voces con diversos estilos, poéticas y reflujos por los cuáles nuestro país es un mosaico de muestras poéticas de calidad, pero, que no se suscribe en un cánon oficialista, sino que muestra lo que alguna vez José Carlos Mariátegui dijo que nuestra literatura peruana no es orgánicamente nacional, sino que tiene hibrideces, matices, sin una imagen definida, lo que demuestra que hay diversas tradiciones, búsquedas, una conciencia de la diversidad que aún está por hacerse.

PLURALIDAD EN EL PLANTEAMIENTO DEL TEXTO POÉTICO.-
Para este acápite tomamos como premisa lo manifestado por Julio Ortega(1) quien sostiene: “El planteamiento del texto poético toma en cuenta el uso racional de técnicas, la capacidad de construir imágenes, a través de un sentido del ritmo, de la musicalidad y de saber modular las diversas intensidades que producen las palabras debidamente construídas, responden por el oficio, la conciencia del hacedor y su escenario de filiaciones a sus lecturas, el poeta es un interlocutor por excelencia que dialoga y que se asoma a las fronteras del lenguaje”. En tal, sentido cuando un poeta esta frente a una hoja en blanco de papel, puede proceder como Mallarmé, en dejarlo en blanco o abordar poesía de lo ágrafo y del silencio, como puede escribir sus versos tomando en cuenta las diversas corrientes poéticas, estilos y la conciencia de armar una poética, para lo cual podrá remitirse opcionalmente a enmarcarse por ejemplo solamente en el surrealismo, como lo hizo César Moro en su momento con poemas de excelente factura, o podrá abordar varias corrientes como la de Pablo Guevara que toma de la poesía beat, del coloquialismo de Ernesto Cardenal, del barroquismo de Lezama Lima y de la poesía cotidiana y creacionista inclusive descentralista del Perú .
Por lo tanto el planteamiento del texto que es un complejo constructo cultural, cuya dinámica interna lo convierte en un ente independiente al tiempo que lo liga a la cultura en la que es gestada, en tanto que el escritor lo concibe y lo escribe desde lo que es. Requiere ser vista desde la teoría literaria, desde la tradicional que privilegia en la interpretación del texto al autor y su época, para descubrir el significado del texto literario,en la actualidad la semiótica literaria ha ido desplazando a un segundo plano al autor, ya que considera al lector responsable del significado del texto literario. En consecuencia la poesía necesita del trabajo formal, equilibrado con el trabajo temático o de fondo por el cual la poesía se fundamenta en su sentido expresivo, empieza con ubicar y hablar al yo poético que siempre es real y no es ficticio como en la narrativa, que es inventado por el narrador, en la poesía el yo poético es el que habla en primera persona o con el “otro” en ese sentido tiene el yo poético un rol fundamental en el discurrir del escenario poético, puede ser de adscribirse a un solo cánon o corriente o de abrirse en varios estilos, corrientes, en el caso de lo último entonces se usará varios referentes contextuales, es decir estilos, técnicas, perspectivas, sean estas vanguardistas, coloquiales, futuristas, intimistas, etc.

Quizás de ese modo se puede evitar hegemonizar el poema, y más bien hacerlo polisémico, heterogéneo, eso implicaría que se tiene más recursos para que la poesía pueda estar en los márgenes, en los intersticios de la sociedad, en las ranuras del misterio, de los mitos y de la magia, la función del poeta es el de reinvertar su lugar, el poeta pone luz gozando de la sombra o pone sombra padeciendo de la luz. Heiddeger (2) alguna vez hablaba de que “La poesía es la fundamentación del ser por la palabra”, con lo cual le daba un carácter filosófico, de tipo ontológico a la poesía, y ello significaba que la poesía expresaba lo más hondo del ser y cuestiona como admira el paisaje, su papel es de desreprimir ciertos códigos de la convencionalidad, abre las cosas y las circunstancias con el único objetivo de que no se evapore el hombre y su entorno donde pertenece, en ese sentido la poesía es hacer llegar a la conciencia el inconsciente de un grupo o una circunstancia humana.
La poesía por lo tanto consiste en desarrollar un texto que sea la expresión genuina de lo que vive el poeta en la sociedad y en sociedades como la peruana, es inevitable ser diverso, es decir que no podemos encasillarnos en una sola corriente, que es como hacer uso de una sola herramienta para desbastar la creación poética, sino de muchas herramientas, de muchos saberes, no sólo racionales, sino míticos, mágicos, de muchos riesgos para encontrar las formas más expresivas y puras de develamiento de la palabra poética. En esa línea apunta la pluralidad del planteamiento del texto poético, como parte de un territorio abierto y diverso de donde se define la plenitud, o como parte de la extraterritorialidad de donde también con el buen uso del lenguaje se hace patria y reflexión. Se dice que el lenguaje no tiene ni luz ni sombra, es el poeta quien al expresarlo lo matiza del claroscuro de su significado que desbroza la palabra cromática. Ahí radica la magia de la poesía en los varios sentidos que expresa con belleza y conciencia y por lo tanto fundamenta en su esencia la razón de ser diverso, grandioso, holístico. Hacer un escenario donde la poesía sea intertextual y exprese lo sincrético de nuestra cultura es inevitable. Porque se crea y recrea diferentes niveles de discursos culturales que podrían categorizarse como dialógicos, con la racionalidad, con la fragmentación, con la voz pública, es la voz de la incertidumbre, la confusión y la enajenación sufrida en el país. El planteamiento por lo tanto no rehuye la historia, no deja de advertir nuestras polaridades y nuestros contrastes, así como exige una expresividad donde se contextualice esa multiplicidad de sentidos, en abordamientos de textura poética donde las técnicas, las sorpresas, lo lúdico y las formas de epicismo, lirismo sean parte de la heterogeneidad que somos, que es nuestro entorno.

CONTEXTOS DE LAS EXPRESIONES CULTURALES
La poesía se propone la recuperación y construcción de nuestra memoria, lo que ya es bastante para un país desmemoriado, cuyo pasado es importante para definir nuestro futuro, que no está detrás sino adelante como lo entienden los andinos. Tiene que ver con aquello que Antonio Cornejo Polar explicaba de las desigualdades que se expresa en el campo de la cultura y que opera como una suerte de convalidación de la producción cultural que se dio como literatura nativa que era aceptada solamente como pre historia, sin considerar que esta tradición, pese a estar sujeta a profundas transformaciones, seguía produciendo una literatura distinta y vigorosa. Por ejemplo la literatura oral ha sobrevivido a pesar de todo las mayores iniquidades a lo largo de la historia, cuando esta suponía una morfología y sintaxis que expresaba otro enfoque de significancia literaria. Se trata por lo tanto de considerar la hibridización y el sincretismo como formas de contrapostura histórica, que busca redefinirse dentro de un marco de postmodernidad, que debe reconfigurarse en nuestro país. Eso no quiere que existe un solo significado, sino múltiples significados, tal como lo señala Mijail Bajtin cuando concluye en que la relación entre el texto y el receptor posee una carácter dialógico que genera una polifonía o multiplicidad de voces.

En tal sentido, la poesía plural en el Perú, es el recogimiento de toda la mixtura, de toda la variedad de manifestaciones culturales, que no siempre están adscritas a un canon, ni a una sola forma monista de establecer una unidad cerrada de hacer poesía, en esa medida, las expresiones culturales tienen que ver con lo diverso pero, también con lo intercultural, que puede develar lo que somos y no lo que nos mostramos ser, tiene que ser auténtica, no importante si esta autenticidad es hibrida o sincrética, en esa lógica aún nuestros usos y costumbres, nuestra conciencia cosmogónica, son importantes porque forman parte de la polisemia de opciones que se puedan mostrar en poesía. En tal sentido las lecciones de poetas como Pablo Guevara, que advertía en poemarios como Hotel del Cusco o Mentadas de Madre que la poesía era la suma de los escenarios dispersos del Perú y que congruente a nuestra realidad abierta mostraba el país que somos, en estirpe de familias que traían una memoria colectiva, esta visión era correcta, de mostrarnos como somos, como lo fue el esfuerzo de Manuel Jesús Baquerizo o Francisco Izquierdo Ríos quienes reclamaron desde la provincia, la visión amplia y valorativa de una poesía que discurría de los manantiales de nuestras tradiciones, de nuestros ríos, nuestros árboles y nuestras noches y días que se confundía con la maravilla de la naturaleza viva.
En el IX Encuentro Nacional de Escritores “Manuel Jesús Baquerizo” llevado a cabo recientemente en San Pedro de Lloc, conversando con Javier Garvicht, conveníamos que por los hechos ahora el Perú real es más que el Perú oficial, aludiendo al desborde que hace tres décadas señalaba José Matos Mar, y ello se reflejaba en la comida, música y turismo por ejemplo, y que lo propio le faltaba hacer en Literatura, para lo cual era necesario más comunicación, interrelación entre provincianos y mayor exigencias en el texto literario.

Por lo tanto los desafíos de la poesía plural, pasa por dos instancias: La urgencia y la autenticidad. Ser fiel a si mismo, no solo es un acto de honestidad intelectual, sino de conciencia de identidad y afirmación ciudadana, el Perú polarizado, fragmentado y de grandes exclusiones requiere cohesionarse y por ello la urgencia de que la literatura y la poesía pueda servir en forma urgente de lazos de restauración, de reparación, de que nuestras actos de inclusión sean actos de sanación de heridas abiertas. Estamos por lo tanto hablando de compromisos de connotación social, sin dejar de lado la construcción de la belleza de la palabra, que también requiere ser trabajada, ser cincelada conforme a las corrientes o vanguardias que puedan dar mayor expresidad al texto poético, a lo modo de un collage hablado desde la mirada del otro, como en pintura lo hizo Víctor Humareda, Tilsa Tsuchuya, José Sabogal, Josué Sánchez o el amigo Bruno Portugués, que no es sino el llamado “Perú Profundo” que se gesta desde las miradas de Guamán Poma de Ayala, José María Arguedas, Gamaliel Churata, Eleodoro Vargas Vicuña, Efraín Miranda, Mario Florián y muchos otros más, quienes reelaboran el habla diglósica de las provincias del Perú, impregnando en sus textos las prácticas mágico-míticas, cuestionadora, carnavalizadora y terriblemente arraigada a lo nuestro.

Urgencia y autenticidad si se pudiera enlazar con la interculturalidad que es una actitud comunicativa y es compartimiento, no sólo ganaría la poesía o la literatura peruana, sino ganaría la sociedad peruana, que es un rico manantial inexpresivo sojuzgado al silencio como querían situarlo, que requiere nuevamente brillar y ser expresado a gritos desde las entrañas mismas de su postración, de su arrinconado ojo que nunca a cesado de mirarnos desde nuestra propia conciencia.

(1). Ortega Julio “El Hacer Poético” Universidad Veracruzana. Pág. 18. México-2008.
(2) Heiddeger Martín. “Ensayos sobre la poesía” Artículos sueltos, en “Escritos poéticos” Pag. 69 en Intertextuales. Barcelona. 2001.