lunes, 15 de febrero de 2010

CONTEXTO EDUCATIVO REGIONAL DE PUNO


La educación en la región de Puno, muestra deficiencias que atentan contra la dignidad de las personas. No responde al perfil que exige la sociedad y el mercado laboral, porque no se logran satisfacer los intereses y necesidades de las personas, en los procesos de aprendizajes y las capacidades programadas. El tratamiento curricular de los contenidos oficiales en la región no está conduciendo hacia la necesaria actitud proactiva para asumir la transformación y el desarrollo de la región. En conclusión, el DCN no considera la realidad étnica, cultural y lingüística de la región. Es cierto que la educación no responde al perfil que demanda la sociedad.

También es cierto que la sociedad y el Estado no exige un perfil que demande el desarrollo industrial y agroindustrial, que promueva innovación técnico productiva en todas las escalas de desarrollo económico, desde el artesanal hasta la tecnología de punta y el mercado interno. La escuela puede incidir promoviendo el desarrollo de capacidades para producir conocimiento científico, tecnológico y artístico, la recuperación de las tecnologías y sabiduría ancestrales, orientado al desarrollo sustentable y autosostenido de la región El currículo oficial aplicado unidireccionalmente se desarticula del contexto cultural regional, porque despoja a la práctica educativa de toda relación y vivencia con los conocimientos, sabidurías, valores y hechos del mundo andino (al que pertenecen los estudiantes y padres de familia). La educación oficial; por tanto, pierde sentido y legitimidad, provocando en el docente una práctica pedagógica vertical,
monológica, estilos, conceptos y procedimientos puramente tradicionales, culturalmente memorista y repetitiva, anclada en contenidos conceptuales y completamente alejada de las condiciones y tendencias del medio local y regional.

Por otro lado la irresponsabilidad en la función docente (inasistencia, tardanza, etc.), se traduce en la inconclusión de la programación escolar, vacíos en los aprendizajes, fracaso escolar y desmotivación de los alumnos y padres de familia. El problema del bajo desempeño docente tiene varios aspectos a analizar, entre ellos se puede destacar:
a) La inadecuada formación inicial, con una matriz curricular urbana occidental impertinente a las exigencias de la diversidad cultural y lingüística quechua y aymara y los diferentes grados de interferencia existente entre ellas y el castellano.
b) La inadecuada formación en servicio que se rige por la moratoria curricular, es decir con contenidos restringidos.
c) Condiciones de trabajo adversas.
d) Política autoritaria antimagisterial del gobierno; en la práctica no lo considera como sujeto protagónico en los procesos de definición de políticas educativas, incluso de las que conciernen directamente a sus derechos y responsabilidades, como se ha evidenciado en el proceso de aprobación de la nueva Ley de Carrera Pública Magisterial y su implementación.
e) Baja progresiva del nivel adquisitivo del magisterio.
f) Estos hechos ha generado desmotivación magisterial e influye en su bajo rendimiento.

A lo anterior se suma la cobertura escolar que excluye del sistema educativo, sobre todo, a la población en edad escolar, especialmente del medio rural, que permanece, por lo mismo, en condición de analfabetismo y sin el desarrollo de las competencias necesarias para insertarse, desde su propia cultura, en los contextos regionales y nacionales permanentemente cambiantes. Sólo concluyen sus estudios, en la edad esperada, aquellos estudiantes que hablan el castellano, mientras aquellos que hablan quechua o aimara, son expulsados del sistema. El 71% de adolescentes, cuya lengua materna es el castellano, termina sus estudios en la edad esperada; frente al 34 % de habla quechua y al 44% de habla aimara. Esta brecha se amplia cada vez más, año a año. Los estudiantes abandonan las aulas y crece el analfabetismo.

La investigación educativa se traduce en clamorosa ausencia, dificultándose con ello el conocimiento científico de la problemática educativa regional, la aplicación apropiada de las innovaciones teóricas y tecnológicas que nos propone la modernidad educativa y, en fin, el desarrollo de propuestas a partir de nuestra propia realidad y necesidades. Por lo mismo, los estudiantes exhiben bajos niveles de rendimiento en todas las áreas curriculares planteadas en el DCN y no sólo en comunicación y matemática, todo ello se refleja en la incapacidad de interaccionar y ejercitar sus capacidades en el actual contexto socio cultural.

En cuanto a infraestructura, hay déficit de laboratorios, servicios básicos y mobiliario, más aún, en las instituciones educativas rurales y ámbitos periféricos del medio urbano, haciendo más crítico el servicio educativo que se brinda a las poblaciones socialmente menos favorecidas de la región. Déficit en bibliotecas, que limita el logro de aprendizajes significativos y la posibilidad de que los estudiantes puedan seguir aprendiendo por sus propios medios y esfuerzos.

El clima institucional en su generalidad es conflictivo y causado por múltiples prácticas negativas de convivencia humana que se traduce en la improvisación curricular, vacíos en los aprendizajes, fracaso escolar, desmotivación de los estudiantes y padres de familia, que inciden en la gestión y administración educativa, reduciendo los horizontes de trabajo a una preocupación monótonamente cotidiana. Por consiguiente, el deterioro creciente de los valores, afectan la realización moral y ética del ser humano. En la crisis del clima institucional confluyen diversos factores, entre ellos, la ausencia de un proyecto educativo institucional que otorgue una visión y misión compartida de la educación de los educandos, profesores, padres de familia y la comunidad; la desmotivación institucional debido a políticas educativas autoritarias, ausencia de incentivos a las prácticas pedagógicas exitosas.

El deterioro en la formación en valores se viene agudizando, desde el momento en que la práctica de la educación formal está básicamente referida a la dimensión cognoscitiva, descuidándose el aprendizaje en valores y actitudes fundamentales para la realización del ser humano. Esta realidad nos permite afirmar que no se ha asumido una concepción de formación integral del educando que implica el desarrollo de dimensiones referidas a conocimientos, capacidades (destrezas y habilidades) y valores (actitudes), orientado por una moral de productores integrales.

En suma, existe en la región una crisis de un liderazgo emancipador, democrático y responsable, necesario para la construcción de una sociedad civil regional cohesionada, comprometida con el cambio y empeñada en la configuración de su propio destino.

Fuente: PROYECTO CURRICULAR REGIONAL PUNO

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