lunes, 15 de febrero de 2010

SITUACIÓN ÉTNICA, CULTURAL Y LINGÜÍSTICA DE PUNO


Puno es una región que se caracteriza por tener una diversidad étnica, cultural y lingüística.
En la región Puno vive por un lado una población netamente castellano hablante, junto a otras, de lenguas originarias andinas y amazónicas vernáculo-hablantes, poblaciones con mayor o menor grado de dominio de más de una lengua. Esta heterogeneidad se expresa en la siguiente diversidad: tres provincias: San Román, Puno y Yunguyo concentran más del 65% de su población, entre 0 y 17 años, de origen castellano. En las provincias de Moho, El Collao, Huancané y Chucuito, los niños, niñas y adolescentes que hablan aimara supera el 45%. En Carabaya, Melgar, Lampa y Azángaro mayoritariamente hablan quechua superando el 60%.
En 9 de las 13 provincias más de la mitad de los niños y niñas menores de 18 años, viven en zonas rurales, siendo Huancané, la de mayor porcentaje con 91%. (UNICEF: 2008:147)

Según el Atlas Lingüístico del Perú (Chirinos: 2001), la región de Puno es la que presenta un mayor porcentaje de hablantes de lenguas vernáculas (quechua y aimara) a nivel nacional (aproximadamente un 76%). El aimara es la lengua materna de un tercio de los pobladores puneños, y su presencia es importante en 5 provincias: Chucuito, El Collao, Huancané, Moho y Yunguyo; mientras que más del 40% de la población de Puno tiene al quechua como lengua materna destacando las siguientes provincias: Azángaro, Carabaya, Lampa, Melgar, San Antonio de Putina y Sandia.

Sin embargo, de acuerdo a los censos de Población y Vivienda del 2007, alrededor de 455 816 personas (38%) declararon que su lengua materna es el quechua, mientras que 322 976 (27%) es el aimara y, 417397 (35%) el castellano. En estos escenarios los componentes simbólicos y lingüísticos, los métodos de enseñanza y de comunicación, entre otros, son diferentes en relación a categorías; por ejemplo, la cosmovisión, espacio, tiempo, ecosistema, territorialidad, etc.

Con la presencia del dominio español se impuso la hegemonía y el dominio de la cultura occidental sobre las diferentes culturas y etnias originarias, instituyéndose relaciones asimétricas entre la sociedad dominante y la población originaria. Hecho que no cambió mucho con el advenimiento de la República, puesto que, tras las formalidades democráticas y republicanas, continuó imperando la misma lógica de la organización económica y espacial del país, con relaciones de servidumbre y semi servidumbre, y un poder local terrateniente y gamonal aliado con la oligarquía que imperó durante la mayor parte del Siglo XX, manteniéndose la explotación económica y avasallamiento cultural de la población indígena, que se hizo evidente en los reclamos de los diferentes movimientos reivindicativos que se dieron durante este periodo. El mercado interno se desarrolla en función del modelo exportador de materias primas en relaciones de desigualdad, con la consiguiente descapitalización y empobrecimiento de la población rural.

Con el castellano se impuso la hegemonía y el dominio de la cultura occidental sobre las diferentes culturas y etnias originarias, instituyéndose relaciones asimétricas entre la sociedad dominante y la población originaria. Todavía, hasta hoy, desde los grupos dominantes y sus instituciones persiste la imposición de políticas dirigidas a la homogeneización cultural y lingüística del Perú para garantizar supuestamente la “unidad nacional” del país; en la cual, la educación ha jugado un papel importante para mantener el status quo, Puno no está exento de estas políticas de castellanización y etnocidio. Si bien la educación pública ha jugado este papel, cabe resaltar que en Puno se han desarrollado experiencias educativas importantes que sirven de antecedente para la presente propuesta curricular regional. El proceso de globalización y la orientación del neoliberalismo han hecho de los medios de comunicación social como la radio y la televisión vehículos de educación y de deseducación. Su impacto es decisivo en la imposición y asimilación de valores y modos de ver y actuar en el mundo, favorables a la competencia individualista, el mercantilismo, el consumismo, la eficiencia y la productividad con afán de lucro, contrarios a los valores que promueven las culturas ancestrales como la reciprocidad, el trabajo colectivo, la comunidad, la justicia, el amor a la vida y a la naturaleza. Su influencia y efecto es mayor que el esfuerzo que se desarrolla en las instituciones educativas.

De este modo se configura un doble sistema de dominación social y cultural: a) la que proviene de los centros de dominación mundial y, b) la dominación interna. Ambas, obstaculizan el desarrollo humano, el cambio y desarrollo local, regional y del país.

Fuente: PROYECTO CURRICULAR REGIONAL PUNO

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