miércoles, 1 de diciembre de 2010
El Yo Poético del Cholo Nieto
El Yo Poético del Cholo Nieto entre dos senderos: El político y el hecho cultural
En el Centenario del Poeta: 1910-2010
Escribe: Jorge Flórez-Áybar
Llegué a la ciudad del Cusco en la década del sesenta. El terremoto de ese año me expulsó de la ciudad de Arequipa. Debí permanecer un año más en el seminario. En la biblioteca del convento hubo tantísimos libros, periódicos y revistas que no supe, en ese momento, cómo dar inicio a mi actitud compulsiva por la lectura. Entre mis manos sostenía un folleto: Revista del centro de estudiantes Puno, Nº 1, Cuzco-Perú, 1949. En ese entonces, ya me encontraba en los predios de la literatura y me llamó la atención un artículo que firmaba Eustaquio Kallata: Roberto Latorre y los intelectuales de Puno y Cuzco. Y me interesó el párrafo siguiente: Por el momento sólo hay dos poetas y medio: Luis Nieto y Arturo Castro, ambos canchinos, es decir, injertos de los legendarios kanchis y mestizos arequipeños y el medio… puede ser cualquiera de la runfla de liricidas. (p.14) Eustaquio Kallata (que cumplió cien años el 2002) mantendrá la misma idea en otro artículo: Contra los vates y sus derivados: En el panorama lírico del Cuzco son figuras señeras: Alberto Delgado en las modalidades de la poemática modernista y el postmodernista Luis Nieto, Arturo Castro, Gustavo Pérez-Ocampo y algunos más. Y nada más, hasta ahora. (Avendaño, 1993:835-836). A veces cuando se comenta un texto o la obra de un autor nos dejamos llevar por las impresiones de otro crítico. Por ejemplo el despropósito que cometió Luis Alberto Sánchez con respecto a la novela Kilisani de Ernesto More. Comentario que repite Mario Castro Arenas en su novela peruana. O sea, por el hecho de que Ernesto More era en ese entonces el secretario general del partido comunista del Perú se calificó su novela como extremista, con un contenido marxista, sin haberla leído. Muy lejos de la realidad, era simplemente una novela romántica. Y sobre la obra de Luis Nieto se dijo muchas cosas, sin llegar al meollo. Se fueron repitiendo los mismos comentarios como algo que se ha agotado. Llego a la misma conclusión después de haber leído diversos análisis al respecto. Sin embargo, la obra de Luis Nieto nos abre una nueva luz y todas las sombras existentes bajo el paraguas de esa luz son solo huellas. Es que su obra llena toda una época. Se ha convertido en un hito. Entonces habría que hablar de una poesía hecha antes de Nieto y después de Nieto. El mismo fenómeno ocurre en Puno con el poeta Efraín Miranda Luján.
Debió transcurrir algunos años más para que yo pudiera conocer personalmente al poeta Luis Nieto. Lo vi, es cierto, en algunos mítines pero desde lejos. Se hallaba junto a otros líderes: Pascual Montaño, Emiliano Huamantica, Florencio Aragón, José Calvo, Víctor Angles, entre otros. Existe una tesis interesante de Carmen Escalante al respecto: Presencia de la filosofía marxista en el movimiento sindical cusqueño. Ellos construyeron la frase: Cusco rojo siempre será. El ambiente político en el país era incierto, por eso los escritores de la década del 60 denunciaban permanentemente la condición miserable del hombre. El problema se agudizará dos décadas más tarde, debido, sobre todo, a la postura equivocada y estéril de los políticos. Ese era el imaginario literario de los escritores de entonces. Brillaban con voz propia: Manuel Moreno Jimeno, Javier Heraud, Mario Florián, Leoncio Bueno, Víctor Mazzi, Alejandro Romualdo. Todos desarrollaban una poesía de lucha y de protesta a partir de una posición clasista. Entre ellos se alzaba la voz del cholo Nieto, firme, fiera y bronca. Era una posición radical como postulado ideológico. Sin duda, rompieron con la poética tradicional y sus esfuerzos por expandir el nuevo canon cayó en el sector estudiantil y éste tomó conciencia de este hecho. Los poetas comprometidos crecían en el país. Las plazas se abarrotaban de gente. Generalmente era utilizada la oralidad porque el mensaje era más directo. Así lo hicieron en la edad media y así fue en la época de los incas. Esa postura anti-occidental no solo era en el país, sino en toda América y Europa: Pablo Neruda, Ernesto Cardenal, Vicente Aleixandre, Blas de Otero. Era por así decirlo, la búsqueda de un nuevo espacio dentro del canon literario hispánico, ¿acaso era la búsqueda de una nueva expresión literaria en el Perú? ¿Era acaso el inicio de un proceso de descolonización? Es esa la razón por la que percibo un corpus fundacional de la poesía comprometida pero como una tarea colectiva. Si tuviéramos el valor de interpretar todas las obras de los escritores mencionados tendría que hacerse desde una perspectiva intertextual para encontrar las particularidades de esa nueva concepción ideo-estética. Roland Forgues publicó una antología de narradores, dramaturgos y poetas: Palabra viva, tres tomos, Lima, 1988, lamento que no lo haya considerado porque los poetas antologados eran hacedores de una poesía comprometida como Luis Nieto, cuando éste ya había rebasado todas las fronteras del Perú.
Durante mi vida universitaria ocurrieron dos hechos trascendentales que me acercaron mucho más al poeta Nieto. Un día ingresó al aula. Entre sus manos sostenía un libro, jugaba con él como si fuera un mazo de naipes. Sus ojos recorrieron el salón y preguntó: ¿Hay algún puneño en este salón? Sí, respondí con la mano en alto. Arrojó el libro y sus hojas se extendieron por varios metros en el piso. Sosteniendo el libro por uno de sus extremos, volvió a preguntar: ¿Saben quién es el autor de este libro? Oquendo, respondí. Muy bien, hoy hablaremos sobre el precursor del surrealismo en el Perú. El otro hecho, también significativo, es respecto a la convocatoria de los I Juegos Florales que la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco hizo para la comunidad universitaria. Obtuve el primer puesto en poesía. Luis Nieto fue uno de los jurados y fue él quien me entregó una colección de libros de la literatura cusqueña. Desde esa vez me interesó mucho más su poesía y de la región. En mis reflexiones, después de mucho tiempo, pude bucear en su real dimensión histórica y encontrar dos rasgos: el hecho político y el hecho cultural que transitaron desde siempre en su obra total.
La crítica literaria moderna –nos dice Juan Villegas Morales- tiende a identificar tanto los sentimientos expresos en un poema como la voz poética del mismo en la experiencia real del autor y la persona histórica del creador. De este modo, los críticos se inclinan a interpretar un texto como trasunto de emociones realmente vividas y los juicios de valor emergen como consecuencia de la autenticidad de la expresión en correlación con la supuesta realidad sentimental del poeta. (En Lexis, revista de lingüística y literatura, Vol.V., nro. 1, Lima, 1981). Lo que el crítico busca es establecer la distinción entre autor real y voz poética, entre el ser humano que escribe el poema y el hablante del mismo, que no es sino un alter ego del autor. Leamos los siguientes versos:
CAMARADAS:
¿Por qué seremos pobres? Me pregunto.
¿Por qué siempre será la vida amarga?
¿Por qué tanta miseria? No comprendo.
Alguien plantó en la tierra de los ojos
Una herencia de lágrimas.
Quien habla en estos versos no es el poeta, hay un hablante, una voz poética, un alter ego del autor. Es todo un personaje que exige ser caracterizado. En este caso concreto, estamos ante un hablante comprometido con los menos favorecidos, hay que interpretarlos en función del sistema de valores que la poesía quiere transmitir: el destinatario y el contexto de la época sobre todo. Y en la poesía del cholo Nieto, el hablante es un revolucionario, un político que deviene desde las raíces de su contexto. Es el yo poético que transita por todas las geografías de Latinoamérica. Sin embargo, es el autor quien sufre las consecuencias ideológicas. Yo acababa de salir de la prisión –refiere- gracias a mi huelga de hambre. Al abandonar el Panóptico –la casa del odio- no tenía dónde ir. En vano llamé a la puerta de amigos y conocidos. Se me cerraron todas. La sola presencia de un preso político infundía pavor. Eran dueños entonces del Perú el foete y la espada. La delación era una profesión lucrativa y el miedo se convirtió ya en una costumbre nacional. Dejé mi talega con prendas personales (una frazada y un Quijote) en la pulpería de un chino, en la Av. Bolivia, y me fui, sin rumbo, a buscar brazos amigos, por cualquier parte. (Nieto:1997:32). Algo más, en “Iquique edita la página literaria del periódico Frente popular y en ese ambiente turbulento y sumamente politizado, saca a luz Puños en alto (1938), que con audacia juvenil, subtitula Poemas de barricada y de combate. Chile aportó mi ubicación política, confesará más tarde. Desde ese momento, el marxismo le dará a su vida los más altísimos ideales éticos y una gran preocupación social.” (Idem, p.: 12). Su carrera política concluyó como senador de la república del Perú. Era la década del ochenta, cuando concurrí a un Encuentro Latinoamericano de escritores, el poeta chileno, Linch, pidió la palabra para saludar al escritor Luis Alberto Sánchez porque fue su maestro. Yo hice lo mismo con el poeta Luis Nieto.
El vate de los genuinos acentos andinos, como dice José Gabriel Cosio, se hallaba alejado de la voluntad ancilar y volvía cada vez a monologar con sus cantos:
Yo sé lo que ellas charlan. Yo sé lo que ellas dicen.
Yo sé el llanto que cae de sus rostros de esfinge.
En cada piedra de esas hay un inca cautivo.
Una ñusta que espera su joven arquero indio,
un pájaro que tiembla con su estrella en el pico,
una quena que llora, un pututo que brama,
un cóndor que sacude tempestades del ala,
un cacique que trae la luna en su waraka.
un chaski con su atado de lenguas y distancias,
un aire de palomas, una alondra que canta.
En cada piedra eterna hay un jirón de patria,
un río de recuerdos que sus nidos derrama,
un resplandor del fuego que tus manos taladra
y una rama de luna que destierra su lágrima.
¿Qué es lo que el poeta ha descrito? La soledad, el amor, la ausencia, los recuerdos, el llanto. El yo poético recorre libremente por los pliegues de su realidad. Hay una emoción cultural. Es la expresión de una identidad cultural cuando aún las ciencias sociales no habían avanzado mucho en ese campo. Será un sello ancilar de la cual no podrá liberarse. En este breve comentario nos interesa la visión socio-histórica planteada en los poemas porque nos permite reconocer la voz poética del autor. No solo buscó el goce estético sino el hecho social y político para confluir más tarde en las fronteras étnicas y culturales. Hablamos de una construcción cultural sobre la base de las culturas quechua y aymara. Basta leer los poemas: Indagación del hombre tawantinsuyano, Romance del cholo sampableño, Indio dame la mano, Proclama andina al camarada Titicaca. Sinceramente creo que hay varias etapas fundacionales de nuestra cultura en el país, y la neo-indigenista es una de ellas, pero corresponde a una tarea colectiva que irá articulándose sistemáticamente, no solo por el tema, sino por el tono que es rápido y violento y el ritmo que aparece como una ola de creciente dinamismo que facilitaba su recitación. De este modo, la poesía se convierte en un símbolo unificador de los explotados, vencidos. Por otro lado, estoy convencido que desde el punto de vista ideológico, entre el marxismo y el capitalismo debe salir una tercera posición, la andina. No importa que sus bases sean marxistas, a fin de cuentas, sostendrán todo el edificio andino. Y la dicotomía aculturado/transculturado deben ser cuidadosamente revisados, el primero implica la pérdida de identidad; y, el segundo, implica convivir bajo el influjo del mundo occidental sin la pérdida de nuestras raíces, pero cuando se es débil acaba siendo un aculturado.
Algo más, percibo una moderna ideología de lo estético pero con una fuerte dosis de libertad política que llamamos metáfora andina:
Preñados de alaridos como granizo
Aventaban los bombos sobre la pampa
Mientras que el charango del karabotas
Desenredaba waynos en tu mirada.
(Historia de la literatura del Qosqo, p. 1145, III tomo)
Algunos sintagmas se nos hacen muy expresivos, se debe, sobre todo, a sus materiales sonoros. Es una forma poética que será desarrollada a lo largo de toda su creación. Nos agrada también el poema Orden del día para cuando yo me muera, es posible que en un momento dado viera las sombras de la senectud de su vida. Creo que es humano pensar en voz alta en el más allá. No creo que haya habido una intención profética si tomamos en cuenta el año de su creación (1943) y la de su muerte (1997): transcurrió algo más de cincuenta años. ¿Es acaso una visión agónica que tiene sobre el hombre? En todo caso es un hecho de conciencia individual. El poeta tiene el alma sacudida. Utiliza referentes muy precisos para trascender estados de ánimo: tristeza, lucha, protesta. Él no pide asilo poético en otros predios de la literatura. Está siempre donde las papas queman. Aunque alguna vez, incursionó en el ensayo. Escribió el primer tomo de la literatura cusqueña. El texto lo vi en la biblioteca del escritor Pablo Ojeda. La poesía le ganó. Nunca apareció el II tomo. José Gabriel Cosio hizo un comentario sobre esta obra en el diario El Comercio de Cusco, el 31 de diciembre de 1956, y reproducido en la revista del Instituto Americano de Arte, Nro. 15, 1997.
Finalmente, tengo un recuerdo más. Era la década del 80 cuando nos encontrábamos presentando la revista literaria Titikaka en los salones de la Biblioteca Municipal de Puno. El cholo Nieto irrumpió seguido de sus huestes y la pálida luz del salón ensombreció con sus sombras. Nos pusimos de pie y nos abrazamos como cuando un pariente llega después de mucho tiempo. Apuramos la ceremonia y caímos en la casa del poeta Flores Valdez. Esa noche de vino y cigarro nos dijo: La poesía no tiene que ser una vivencia artística, debe ser, ante todo, una vivencia política e ideológica. Y cultural, agregué. Luis Gallegos, Alberto Cáceres y otros nos retiramos cuando el sol ya atravesaba los techos y las calles de la ciudad.
Las varias poéticas que se daban en el sur del país, de ese entonces, ya se vislumbraban los problemas crítico-teóricos que se iban a producir al interpretar un texto, problemas que no han sido resueltos hasta hoy, pero hay la firme esperanza en la nueva generación que viene tras de nosotros. Ella sabrá con sapiencia llenar ese vacío, mientras tanto, como alguien dijo: Un poema se hace con lengua y su valor literario solo desde la lengua se explica.
Breve referencia bibliográfica:
1. Avendaño Farfán, Ángel: Historia de la literatura del Qosqo: del tiempo mítico al siglo XX. Cusco, 1993, tomo III.
2. Alarcos, Emilio y otros: El comentario de textos Ed. Castalia, Madrid, 1973.
Forgues, Roland: Palabra viva, tomo II, Studium, Lima, 1988.
3. Cosio, José Gabriel: En la Revista del Instituto Americano de Arte, Director: Julio Gutiérrez Samanez, Nro. 15, Cusco, 1997.
4. Kallata, Eustaquio: En la Revista del centro de estudiantes Puno. Director: José Sotomayor Pérez. Cusco, 1949.
5. Nieto Miranda, Luis: De cuerpo entero. Municipalidad del Cusco, Lima, 1997.
6. Tarquino Guevara, José y Brozovich, Raúl: Revista cultural Rijchary, Nro. 3, Cusco, 1967.
7. Villegas Morales, Juan: En Lexis: revista de lingüística y literatura. Director: Rivarola, José Luis. Vol. V, Nro. 1, Lima, 1984.
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